Miles de mujeres se someten cada año a una intervención de aumento de mama. Pese a que el objetivo de todas ellas es común: aumentar el tamaño de sus pechos; la motivación que hay detrás de esta decisión es única. Tal vez responda al anhelo de tener unos senos más grandes, o tal vez ese deseo se haya ido desarrollando a lo largo de los últimos años como resultado de un cambio de vida, o puede que el paso del tiempo haya sido el causante de dicha decisión…
Estas son algunas de las razones más comunes que suelen transmitirme mis clientas cuando acuden a mi consulta:
Subdesarrollo de los senos:
Este es, probablemente, el motivo más común para las mujeres que desean un aumento de mamas. Los pechos subdesarrollados pueden tener una fuerte influencia en la autoestima de la mujer, especialmente durante la adolescencia, provocando la pérdida de la confianza y la reducción del amor propio. La cirugía de aumento de pecho puede ayudar a recobrar esa confianza, conduciendo a mejoras en otras áreas de sus vidas. Eso sí, hay que tener en cuenta que los cirujanos plásticos no pueden solucionar problemas emocionales profundos.
Embarazo y lactancia:
Muchas mujeres se interesan por el aumento de pecho debido a los cambios físicos que se producen en su cuerpo tras el embarazo y la lactancia. Las mujeres embarazadas y las madres lactantes experimentan grandes variaciones en el tamaño de sus senos, a menudo, la piel de la mama no es lo suficientemente elástica como para recobrar la forma ni el volumen que se tenía antes del embarazo.
Es recomendable esperar en torno a los seis meses después de terminar el periodo de lactancia para realizar la cirugía, ya que el cuerpo necesita un tiempo para revertir las manifestaciones hormonales fruto del embarazo.
Pérdida de peso:
Tras una importante pérdida de peso se debilitan los tejidos y los músculos pectorales que sirven de apoyo a los senos. Las oscilaciones de peso hacen que los pechos presenten un aspecto caído, flácido. Además, cuando se adelgaza los pechos también pierden grasa interior, por lo que la piel tarda un tiempo en recuperar la forma.
A veces, el mejor procedimiento para solucionar este problema es el levantamiento de senos, o la combinación entre el levantamiento y el aumento; de este modo se consigue estirar y eliminar el exceso de piel y restaurar el volumen perdido.
Envejecimiento:
A medida que las mujeres envejecen, los tejidos y la estructura de los senos pierden firmeza y plenitud, descolgándose y presentando un aspecto flácido. Evidentemente, unos pechos pequeños sufrirán menos este problema que unos pechos grandes.
El aumento de senos es apropiado para las mujeres adultas de cualquier edad, siempre y cuando tengan buena salud para someterse a la cirugía con garantías. Es responsabilidad del cirujano saber decir que “no” a un paciente. No todas las personas son aptas para someterse a una intervención, es fundamental evaluar los riesgos y aconsejar en consecuencia al cliente.
Asimetría de los pechos:
Todas las mujeres tienen algún grado de asimetría entre sus pechos. Para algunas mujeres la diferencia puede ser de más de una talla entre un pecho y otro. Este problema puede solucionarse fácilmente mediante el uso de implantes de diferentes tamaños.
Dr. Terrén, especialista en aumento de pechos