Existen muchas formas para referirse al hecho de contar con unas orejas que se encuentran más separadas de lo normal de la cabeza. Las expresiones más empleadas son:
- Orejas de soplillo
- Orejas prominentes
- Orejas separadas
- Orejas despegadas
- Orejas en asa…
Para entender por qué se forman las orejas en forma de soplillo es fundamental conocer la anatomía del pabellón auricular u oreja.
La anatomía de la oreja
La oreja es, fundamentalmente, una estructura cartilaginosa compuesta por cartílago y recubierta por piel. Así, esta estructura cartilaginosa forma el esqueleto de casi toda la oreja, exceptuando el lóbulo. Su función principal es la de captar las vibraciones sonoras y dirigirlas hacia el interior del oído.
La oreja es como la huella dactilar, es decir, es ligeramente diferente en cada persona. Cada oreja adopta su forma particular debido a los pliegues que se forman en la estructura cartilaginosa.
La oreja, habitualmente, suele estar colocada de tal manera que forma un ángulo de aproximadamente 20-35 grados con respecto a la cabeza.
¿Cuándo hablamos de orejas prominentes, despegadas o de soplillo?
Si el ángulo supera los 35 grados es cuando nos encontramos con unas orejas prominentes, separadas o en forma de soplillo.
Esto se produce debido a la falta o escasa definición de los pliegues naturales del cartílago de la oreja, llamado antihélix, o a la proyección aumentada de uno de ellos.
Habitualmente este problema suele ir acompañado de una hipertrofia de la concha auricular (cuando la parte central de la oreja es demasiado grande), lo que contribuye a que las orejas estén más despegadas.
Las orejas prominentes no suelen afectar la audición de una persona, pero sí que pueden provocar un importante impacto estético y psicológico en quien lo padece. Afectan al 5% de la población mundial y son perceptibles inmediatamente después de nacer.
Con la cirugía de orejas u otoplastia se consigue acercar el pabellón auricular a la cabeza, consiguiendo que el pliegue de la parte superior de la oreja adopte la forma correcta. Con los avances tecnológicos que se han producido en el campo de la cirugía plástica se pueden realizar estudios digitales previos a la operación, de forma que el paciente puede ver cuál va a ser el resultado antes de intervenirse quirúrgicamente.
Los resultados de la otoplastia son casi instantáneos. Cuando se termina la cirugía y antes de que se coloque el vendaje, el cirujano puede entregar al paciente un espejo para ver los resultados.
¿Cómo elegir al mejor cirujano para hacerse una otoplastia?
Las orejas son unas estructuras muy complejas. Si las miras detenidamente ante un espejo te darás cuenta de ello: relieves, surcos, prominencias… Es por ello que si no se modela de forma exquisita se pueden producir deformaciones irreparables. Para asegurarte de que esto no sucede, debes acudir a un médico, cirujano plástico y con experiencia.
¿Cómo puedes llegar a él?
Lo primero es entrar en la página web del Consejo General de Colegios de Médicos. Allí verás un epígrafe: Consulta pública de Colegiados. Pulsa en él y en el formulario que te aparezca, con solo nombre y un apellido podrás saber inmediatamente si es médico y si es cirujano plástico. Esta es la mejor garantía ¿no crees?
Pero hay más:
Consulta si pertenece a la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, a la Asociación Española de Cirugía Estética Plástica y a la International Society of Aesthetic Plastic Surgery.
Y después ve a verle y averigua su experiencia en cirugía plástica y específicamente en otoplastias. En la sala de espera posiblemente podrás ver colgados diplomas que lo acrediten.
Porque tus orejas merecen la pena ¿no crees?.
Dr. Juan A. Mira: especialista en otoplastias
Dr. Juan A. Mira en Masquemedicos