Por qué tener una buena autoestima es esencial para la salud: ejercicio práctico

La autoestima, el valor inherente que una persona tiene de sí misma, influye  poderosamente en múltiples aspectos de la vida cotidiana, guardando una estrecha  relación con la salud física y mental. Cada vez más estudios demuestran que una  autoestima positiva contribuye significativamente al bienestar general y a nuestra salud  integral, mientras que una autoestima baja se asocia con una mayor vulnerabilidad a  enfermedades, trastornos emocionales, y, por supuesto, hábitos de vida poco saludables. 

En materia de salud mental, la autoestima funciona como un factor protector frente a las dificultades en nuestra vida cotidiana. Las personas con una autoestima  adecuada tienden a presentar menores niveles de ansiedad, depresión y estrés, cuentan  con una percepción más optimista de sus capacidades, tienen más satisfacción en sus  relaciones y afrontan las dificultades de manera más resiliente. Por el contrario, cuando  tienen una baja autoestimas suelen desarrollar pensamientos negativos sobre sí mismos,  aumentando la probabilidad de padecer depresión, perciben menos apoyo social por lo  que no suelen buscar ayuda en su red y tienen una visión más desesperanzadora del futuro,  cronificando así, en muchas ocasiones, el malestar emocional. 

A nivel de salud física, la autoestima también desempeña un papel esencial  ya que las personas que se valoran a sí mismas tienden a cuidar más su cuerpo, a  mantener hábitos de vida saludables y a cumplir con tratamientos médicos de manera  más disciplinada, como por ejemplo, es más frecuente que lleven una dieta equilibrada,  hagan ejercicio regularmente y eviten el consumo excesivo de alcohol o tabaco. Mientras  que, una baja autoestima puede llevar a conductas de riesgo, negligencia en el  autocuidado e incluso a trastornos alimenticios como la anorexia o la bulimia. 

Y con respecto al área social, la autoestima influye en la calidad y la satisfacción de las relaciones interpersonales, que son un componente clave para la  salud emocional. Una persona con buena autoestima establece vínculos más sanos y  equilibrados, lo que le permite contar con una red de apoyo en momentos difíciles, lo que  reduce la sensación de soledad y contribuye a una mayor estabilidad emocional.

En conclusión, la autoestima y la salud están intrínsecamente relacionadas por lo  que promover una autoestima saludable no solo va a mejorar la percepción que tenemos  de nosotros mismos, sino que también fomenta una vida más equilibrada y plena.  

Para ello, es fundamental que tanto a nivel individual como social se fomente el  desarrollo de una autoestima positiva desde edades tempranas, como una herramienta  clave para una vida saludable. Y, nunca esta tarde para revisar nuestra autoestima junto a  una profesional cualificada que nos ayude con estrategias para mejorarla. 

Ejercicio práctico para trabajar tu autoestima

Os proponemos, además, un sencillo ejercicio que podéis hacer para empezar  a trabajar en vuestra autoestima de manera práctica, se trata de un diario de logros y autorreconocimiento: 

Cada noche antes de dormir, dedica unos minutos a escribir lo siguiente: 

  1. Tres logros del día, sin importar cuán pequeños sean. Lo importante es  reconocer tus avances para reforzar la percepción de competencia y autosuficiencia. 

Algunos ejemplos son:  

    • Hoy hablé en clase sin sentirme inseguro. 
    • Logré ponerle un límite a mi jefe. 
    • Fui al gimnasio aunque no tenía muchas ganas. 
    • Cociné algo saludable por mí mismo. 
  1. Tres cualidades personales, escribe cosas que valoras de ti mismo, incluso si  parecen simples, nos ayudará a modificar el diálogo interno negativo por uno más positivo  y realista. 

Ejemplo: 

    • Soy una persona empática. 
    • Tengo sentido del humor. 
    • Soy constante en mi trabajo. 
  1. Tres cosas por las que estás agradecido, pueden ser internas o externas:  experiencias, personas, emociones, etc., contribuirá a focalizar la mente en lo positivo y  reducir el estrés emocional. 

Ejemplo:

    • Estoy agradecido por mi amiga que me escuchó hoy. 
    • Agradezco tener salud. 
    • Me siento agradecido por haber tenido tiempo para mí. 

Haz este ejercicio durante 21 días consecutivos. Luego revisa lo que escribiste. Te  sorprenderás al ver cuánto has logrado y cuántas cualidades positivas hay en ti que normalmente no reconoces. 

Y os recordamos que aquí podéis encontrar más información y ejercicios prácticos  a vuestra disposición. 

Quiérete mucho. Te lo mereces.

Bárbara Zorrilla Pantoja

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