Este viernes de película os dejamos, una serie de Netflix que nos ha sorprendido a todos continuando con una tercera temporada, Por trece razones.
En la primera temporada se contaba la historia del suicidio de Hannah Backer, una joven de 17 años que acaba dejando una caja con cintas donde explica sus trece razones para llevar a cabo tal paso, y se las hace llegar a las personas que considera que influyeron en su decisión.
A partir de ahí la segunda temporada se centra en lo que sucede en el Liberty High mientras se celebra el juicio por la muerte de Hannah, como ha intentado Clay Jensen superar lo ocurrido y si lo ha conseguido, y como el resto de protagonistas ha continuado con sus vidas. Muchos de ellos con el arduo trabajo psicológico de superar una violación, autolesiones, o como contener sus brotes de ira y violencia, y gestionarlos de otra forma que no sea el contraataque y la venganza, que es el tema principal de la mitad de esta temporada.
¿Qué nos puede aportar entonces una tercera temporada?
Como en las anteriores los primeros episodios nos muestran que hay mucha información oculta. ¿Qué sucedió en el partido de bienvenida con los deportistas?, ¿dónde está Bryce Walker, el personaje más odiado?, ¿desaparecido, huido, muerto…?. Hay nuevos personajes como la narradora principal, para mi gusto un perfil que puede generar cierto rechazo por parecer demasiado entrometida e invasiva y no sé si llega a ser acertado darle tanto protagonismo. Quizá hubiera preferido la alternativa de que Jessica Davis contará esta nueva temporada.
Lo que no pierde esta serie es su profundidad psicológica pues sigue sometiendo nuestro cerebro a practicar el debate, aspecto que hoy en día a nivel de entretenimiento sigue siendo un aspecto a agradecer. El final puede dejar un aspecto abierto a una cuarta temporada que previsiblemente será la última. Se toca la perspectiva de género y se vuelve a hablar de la violencia y de aquellos que se sienten solos, y como reaccionamos el entorno ante ellos. A veces creo que por mucho que alguien nos dé señales, hoy en día vamos todos un poco sordos y ciegos.
¿Qué puede no encajarnos?, quizá el ritmo es más lento que en anteriores temporadas, se tocan los temas antiguos sin aportar nada nuevo y puede resultar pesado el rol de ciertos personajes en mismas tesituras. Pero estoy segura que aquellos que como yo, han sido fans de las anteriores temporadas, no se perderán esta tercera aunque sea para poder opinar y poder rememorar todas las reflexiones que generaron las anteriores propuestas.