La pandemia del COVID-19 ha cambiado nuestra forma de vivir en sociedad: desde las relaciones personales hasta la forma de trabajar. Pero esta especie de paréntesis vital impuesto por la enfermad va poco a poco levantándose; o eso esperamos.
Gracias al trabajo de los epidemiólogos y de las autoridades sanitarias hemos ido desarrollando una serie de medidas de prevención y seguridad que nos permiten retomar nuestra rutina habitual en las clínicas sin miedo al contagio.
En esta nueva normalidad hay intervenciones con más o menos riesgo, y entre las más recomendables por su alto grado de seguridad se encuentran las operaciones de pecho, entre las que hay que destacar la mastopexia o elevación de pecho.
¿En qué consiste la mastopexia?
La palabra mastopexia proviene del griego y significa literalmente “fijar la mama”.
El objetivo de la elevación de pecho es elevar y/o reposicionar los pechos cuando estos se han descolgado. Su objetivo es mejorar la posición y la forma del pecho, además de dotarlo de mayor firmeza.
¿Por qué se descuelga el pecho?
La caída del pecho, a la que también se le conoce como ptosis mamaria, es un problema estético que afecta a la mayoría de las mujeres.
La causa principal del descolgamiento de los senos es el proceso natural de envejecimiento, que provoca que los tejidos pierdan parte de su elasticidad.
Nadie puede escaparse del paso del tiempo. Ahora bien, existen una serie de factores que afectan a la firmeza de los senos y que pueden hacer que mujeres relativamente jóvenes empiecen a notar una caída sensible del pecho y una pérdida considerable de volumen, entre ellas cabe destacar:
- Variaciones de volumen del pecho tras los embarazos y las lactancias.
- Bajadas y subidas bruscas de peso.
- Sedentarismo prolongado.
- Factores genéticos.
- Utilización de sujetadores inadecuados.
- Envejecimiento prematuro de la piel causado por no protegerse adecuadamente de la radiación solar.
¿Cómo es un pecho descolgado?
Se trata de un concepto puramente anatómico. Se puede afirmar que un pecho está descolgado cuando la proyección del pezón está por debajo del surco submamario. Para las mujeres con pechos pequeños la caída puede ser casi imperceptible, en cambio, para las mujeres que cuentan con mamas más grandes la caída puede afectar de forma bastante significativa a su silueta.
¿Es similar el levantamiento a la reducción de pecho?
No debe confundirse el levantamiento mamario con la reducción de senos.
El objetivo de la reducción mamaria es hacer que unos senos desproporcionadamente grandes y pesados con respecto al contorno corporal sean más ligeros, proporcionados y ligeros.
El objetivo del levantamiento mamario es devolver a los senos a su posición de antaño, recuperando su perfil juvenil.
¿Se puede combinar el levantamiento con el aumento de pecho?
Por supuesto que sí.
Una vez que se ha situado la areola a su altura correcta y se ha eliminado el exceso de piel, se puede aportar un volumen mamario de compensación colocando una prótesis mamaria.
La prótesis para dar una mayor naturalidad se ubica por delante del músculo y por detrás de la glándula. En nuestra clínica solemos utilizar prótesis de gel cohesivo de última generación.
¿Se emplea siempre un implante mamario?
No siempre es necesario.
Cuando el volumen de la mama es el correcto únicamente eliminamos el exceso de piel sobrante, no la glándula, y reposicionamos la mama en el lugar más adecuado.
En otros casos, además de elevar la mama y eliminar la piel sobrante, hay necesidad de devolver el volumen perdido con una prótesis y recolocar la areola en el lugar que le corresponde estéticamente. De esta forma se consigue, en una sola intervención, devolver a la paciente la forma y el volumen deseados.
En otros casos nos enfrentamos a pechos “vacíos” y no caídos, es decir, la parte superior no tiene turgencia, pero la areola está por encima del surco. En estos casos basta con rellenar el conjunto del pecho con una prótesis mamaria.
Cada caso y cada paciente tiene un tratamiento distinto. No hay dos pechos iguales. Pero para trabajar la elevación del pecho trabajamos sobre un principio constante: eliminar el tejido sobrante y posicionar la areola en el lugar ideal que nos marca a anatomía de la paciente.
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