La evaluación de custodia es especialmente necesaria ante los conflictos que se producen al final de una relación de pareja, pueden ser especialmente tensos en algunas ocasiones. Además, la custodia de los hijos y el régimen de visitas suele ser uno de los temas que más tensan la ruptura. En las situaciones amistosas, los padres llegan a acuerdos sobre la custodia y los horarios de visita y simplemente presentan en los juzgados el acuerdo que han alcanzado para formalizarlo. Cuando los padres no pueden llegar a un acuerdo, el juez puede designar a un psicólogo para realizar una evaluación sobre la custodia del niño para ayudar a resolver la disputa. En ocasiones son los padres los que solicitan de forma privada un informe psicológico para defender sus argumentos ante el juez, tanto para evaluar el régimen de custodia y régimen de visitas adecuado o para evaluar su idoneidad parental. La evaluación de custodia suelen ser complejas ya que implican muchos factores que requieren un análisis detallado y cuidadoso.
El psicólogo forense debe realizar informes de Guardia y Custodia, por lo tanto, es muy importante que el psicólogo tenga conocimientos especializados en este ámbito para evaluar las acusaciones de alienación infantil, de abuso sexual infantil, de violencia doméstica, y sobre el funcionamiento psicológico de los padres y los niños. El perito además de saber evaluar a adultos, debe saber realizar evaluaciones a menores mediante instrumentos y en función de la de edad. En el procedimiento de la evaluación de custodia del niño, se valoran los siguientes aspectos: necesidades del niño, el cambio de domicilio, la alienación parental (SAP), el maltrato físico infantil, el abuso sexual infantil, la violencia doméstica, divorcios conflictivos, capacidad de crianza de los hijos, competencia y cualificación y recomendación de régimen de custodia y visitas.
En la evaluación de custodia se debe examinar cuidadosamente todos los aspectos relevantes de la situación de la familia. Los dictámenes y recomendaciones que se recogen en nuestros informes están fundamentos por medio de entrevistas verbales y escritas, pruebas objetivas, test psicométricos elegidos por su validez y fiabilidad. Además del aspecto técnico, es muy importante tener en cuenta el aspecto ético y deontológico, sobre todo si este tipo de evaluación se realiza desde el ámbito privado.
En muchas ocasiones nos llegan solicitudes de evaluaciones de idoneidad parental para procedimientos de guarda y custodia, que suelen solicitar los abogados. En estos casos, se debe valorar cada caso en particular y determinar las posibilidades de realizar un informe pericial de guardia y custodia. En nuestra consulta, cuándo se solicita desde el ámbito privado, solemos evaluar solamente a uno de los progenitores, por lo que se denomina un informe de idoneidad parental o de evaluación de sus competencias o habilidades parentales.
Al realizar un informe de idoneidad parental o evaluación de las competencias o habilidades parentales, se evalúa a uno de los progenitores mediante entrevistas, pruebas y test psicológicos con el fin de determinar la existencia o no de algún tipo de patología en el evaluado que pueda afectar de forma negativa a su capacidad parental, es decir a su capacidad para el ejercicio de las funciones maternas o maternas; también analiza este tipo de capacidades para determinar que la persona sea apta para poder ostentar la guarda y custodia; además se busca descartar que la persona esté intentando engañar al perito psicólogo, es decir, que esté intentando disimular problemas dando una imagen positiva no cierta para así conseguir un informe favorable.
Este tipo de informe es necesario cuando a uno de los progenitores se le “acusa” o se sospecha que puede presentar algún tipo de psicopatología y necesite que se evalúe su estado psicológico, o cuando se busca en unas medidas previas dejar constancia de la idoneidad de uno de los progenitores. También puede ser de utilidad cuando se duda de la propia capacidad parental y el progenitor o su abogado quiere saber si podría optar a una guarda y custodia. En este último caso, el conocer estos aspectos de antemano puede resultar de gran ayuda por ejemplo ante una posible negociación acerca de la guarda y custodia.