El sarro es un problema dental muy habitual, se trata de un depósito de sales minerales que se adhiere a los dientes.
Supone un problema estético ya que los dientes se tornan amarillentos o marrones, además también afecta a la salud. Cuando el sarro interactúa con ciertos alimentos, tales como los refrescos de cola, las frituras y las golosina, ya que puede derivar en halitosis, inflamación de las encías, sangrado, pérdida de piezas dentales.
Causas del sarro
Este puede producirse por hábitos como: tomar bebidas carbonatadas y alcohólicas, no mantener una higiene diaria de los dientes, tomar ciertos medicamentos, consumir tabaco, beber café, no utilizar seda dental, o comer alimentos con alto contenido de azúcar. También puede existir cierta predisposición genética a la producción de sarro.
Cómo evitar la formación de sarro
Es posible evitar que se acumule en los dientes, es posible establecer algunas pautas que sirven para ayudar a impedir la calcificación de la placa bacteriana, y también para mantener una buena salud oral. Las principales recomendaciones son:
Cepillado en profundidad
Es importante cepillarse al menos tres veces al día. Además es conveniente realizar una vez al día un cepillado profundo para eliminar los restos de placa.
Cepillar los dientes es la técnica más económica y eficaz para la prevención del sarro.
Uso de seda dental
La seda dental es una herramienta sumamente útil para limpiar lugares donde el cepillo no llega, haciendo más completa la higiene bucal.
Acudir al odontólogo
Es muy importante acudir a la consulta del dentista al menos una vez al año. El especialista es el único capacitado para diagnosticar la presencia del sarro, ya sea supragingival o subgingival.
Además el odontólogo está capacitado para corregir los factores que facilitan su acumulación, así como el encargado de enseñar a los paciente cómo limpiar sus dientes de forma correcta.
Adicionalmente, consumo de algunos alimentos, como la manzana, el tomate y las fresas, pueden ayudar en la prevención de la aparición de sarro.
Si no se siguen estas pautas de prevención, el sarro puede desarrollarse en los dientes y debajo de la línea de las encías. Cuando esto sucede es necesario acudir al dentista para retirarlo utilizando unos instrumentos especiales, poniendo en práctica una técnica conocida como raspado radicular.