La miopía es un problema refractivo que impide ver correctamente los objetos lejanos, y dificulta la visión de los objetos cercanos como consecuencia de realizar el enfoque de las imágenes por delante de la retina.
Aproximadamente un tercio de la población occidental sufre de miopía, y en los países asiáticos el número de miopes es aún mayor.
Causas de la miopía
Una córnea demasiado curva, o un alargamiento excesivo del globo ocular, pueden ser la causa de este problema. Este defecto suele dejar de aumentar en torno a los 21 años de edad, aunque en algunos casos puede continuar hasta edades más avanzadas.
Las principales causas son:
Genéticas
Frecuentemente se hereda de padre a hijos.
Patológicas
Algunas enfermedades pueden provocar miopía y éstas pueden ser temporales o permanentes.
Ambientales
El contexto en el que el paciente esté involucrado, influye en la aparición de la miopía. Por ejemplo, lugares con iluminación escasa, o trabajar a una distancia corta de los objetos.
Síntomas de la miopía
No ver los objetos los objetos lejanos con claridad, difuminados o borrosos, es el principal síntoma. Por ejemplo, presentar dificultades para ver con claridad las señales de la autopista.
En algunos casos los pacientes pueden experimentar, además del síntoma anterior, dolores de cabeza o fatiga visual, pero no suele ser un síntoma común.
Los pacientes miopes suelen entrecerrar los ojos, realizando un esfuerzo para ver con claridad los objetos que se encuentran lejos de ellos.
Cuando este problema refractivo se presenta en los niños, se puede advertir que se quejan de no ver bien la pizarra de clase, o la televisión, o que a la hora de leer, se acercan mucho al libro.
Tipos de miopía
Miopía simple
Es el tipo más común. Suele ser en pacientes con menos de 6 dioptrías. Se puede corregir usando gafas o lentillas, o mediante tratamiento quirúrgico.
Miopía magna, alta miopía o miopía patológica
Cuando supera las 6 dioptrías se conoce como miopía patológica, esta se asocia cambios neurodegenerativos en la retina y en la mácula.
Degeneración macular miópica
Esta degeneración macular puede aparecer en personas jóvenes, produciendo alteraciones graves en la visión central.
El paciente puede tener la sensación de ver moscas volantes a causa de la degeneración del gel vítreo. Por esta razón es necesario realizar revisiones periódicas de la periferia de la retina para poder localizar lesiones degenerativas que puedan ocasionar un desprendimiento de retina. Cuando el paciente percibe además destellos de luz, el riesgo aumenta.
La posibilidad de que se haya desarrollado una degeneración macular miópica aumenta, cuando aparecen manchas oscuras en el campo de visión del paciente, o este tiene la sensación de percibir los objetos deformados.
Para evitar el desprendimiento de la retina en lesiones degenerativas graves, el tratamiento mediante aplicación de láser es de gran utilidad.
Además, el tratamiento mediante inyecciones intraoculares es de gran ayuda puede evitar el desarrollo de cicatrices en la parte central de la retina. Con una inyección la mayor parte de los casos de degeneración macular miópica pueden ser controlados, reduciendo al mínimo el riesgo de ceguera.
Tratamientos de la miopía
Es posible corregir la miopía utilizando gafas y/o lentillas, o también recurriendo a la cirugía refractiva. A mayor número de dioptrías, mayor grosor del cristal de la lente necesaria para la corrección de la miopía del paciente.
Sin embargo, mediante una cirugía refractiva es posible reducir e incluso eliminar definitivamente el uso de gafas y/ o lentes de contacto. Antes de realizar este tratamiento es necesario que el paciente se someta a un examen oftalmológico preoperatorio completo, para valorar mediante una serie de pruebas específicas su caso en particular. Los profesionales de la oftalmología tienen la última palabra a la hora de realizar este tipo de intervenciones.
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