La disfunción eréctil (DE) puede ser causada por diversos medicamentos que afectan diferentes sistemas del cuerpo. Algunos medicamentos aunque necesarios para tratar diversas condiciones de salud, pueden tener el efecto secundario no deseado de disminuir la función eréctil. Entre los más comunes encontramos:
Antidepresivos y antipsicóticos
Se trata de medicamentos esenciales para tratar diversos trastornos mentales, como la depresión, la ansiedad y la psicosis. Actúan sobre el sistema nervioso central, alterando los niveles de neurotransmisores como la serotonina, la dopamina y la norepinefrina, que son cruciales para la regulación del estado de ánimo y otras funciones cerebrales.
Sin embargo, un efecto secundario significativo de estos medicamentos es su impacto en la función sexual. Estudios han demostrado que más del 30% de los casos de disfunción eréctil en hombres menores de 50 años están relacionados con el uso de antidepresivos y antipsicóticos. Estos medicamentos pueden afectar negativamente la libido, es decir, el deseo sexual, lo que lleva a una disminución de la excitación sexual.
La reducción de la libido y la capacidad para excitarse pueden dificultar o imposibilitar la obtención y el mantenimiento de una erección adecuada para la actividad sexual. En el caso de los antidepresivos, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), como la fluoxetina (Prozac) y la sertralina (Zoloft), son especialmente conocidos por causar estos problemas. Los antipsicóticos, como la risperidona y la olanzapina, también tienen un impacto similar debido a su acción sobre los receptores de dopamina en el cerebro.
Medicamentos para la hipertensión
Aunque no todos los medicamentos para la presión arterial causan este efecto, una gran mayoría sí lo hace. Esto se debe a la forma en que funcionan: el mecanismo de la erección depende en gran medida del aumento de la presión sanguínea en los cuerpos cavernosos del pene. Los antihipertensivos están diseñados para regular y prevenir picos repentinos en la presión arterial, protegiendo así al organismo de posibles daños cardiovasculares. Sin embargo, cuando el sistema nervioso envía la señal para aumentar la presión sanguínea en el pene durante la excitación sexual, estos medicamentos pueden interferir y evitar que la presión necesaria se alcance. Esto resulta en una erección menos firme o en la incapacidad de mantenerla.
Medicamentos para el colesterol y los triglicéridos
El aumento de los niveles de colesterol y triglicéridos es una condición prevalente en la población general española, lo que ha llevado a que muchos hombres reciban prescripciones de fibratos y estatinas para regular estos lípidos. Aunque estos medicamentos son eficaces en la reducción de los niveles de colesterol y triglicéridos, también son conocidos por tener efectos secundarios adversos, incluyendo la disfunción eréctil.
Las estatinas, como la atorvastatina y la simvastatina, actúan inhibiendo la enzima HMG-CoA reductasa, lo que reduce la producción de colesterol en el hígado. Sin embargo, este proceso también puede interferir con la producción de hormonas sexuales, como la testosterona, que son cruciales para una función eréctil adecuada.
Por otro lado, los fibratos, que incluyen medicamentos como el gemfibrozilo y el fenofibrato, funcionan al activar la enzima lipoproteína lipasa, que reduce los triglicéridos en sangre. No obstante, pueden afectar negativamente la circulación sanguínea y la función endotelial, ambos aspectos vitales para lograr y mantener una erección.
Hormonas y medicamentos relacionados
Los medicamentos utilizados para el tratamiento del cáncer de próstata y la hiperplasia prostática benigna (HPB) pueden tener un impacto significativo en la función eréctil. Los agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH), como la leuprolida, son conocidos por reducir los niveles de testosterona, lo que puede llevar a la disfunción eréctil al disminuir la hormona que es crucial para el deseo y la función sexual.
Asimismo, los antiandrógenos, como la bicalutamida, actúan bloqueando los efectos de los andrógenos (hormonas sexuales masculinas) y pueden afectar tanto la libido como la capacidad de mantener una erección.
Además, los inhibidores de la 5-alfa reductasa, como la finasterida y la dutasterida, que se utilizan comúnmente para tratar la HPB, funcionan al reducir los niveles de dihidrotestosterona (DHT), una hormona que juega un papel clave en el mantenimiento de la función eréctil.
Otros medicamentos que pueden reducir la función eréctil
Hay medicamentos como los anticonvulsivos para tratar la epilepsia y otras enfermedades neurológicas que pueden afectar la función sexual al alterar la actividad neurológica.
Analgésicos y opioides para el dolor crónico, como la morfina, oxicodona y codeína pueden disminuir la libido y la función eréctil debido a sus efectos depresores sobre el sistema nervioso central.
Medicamentos para úlceras y reflujo gástrico, es decir, los protectores gástricos, que inhiben la producción de ácidos gástricos, también pueden contribuir al problema de disfunción eréctil, aunque el mecanismo no está totalmente comprendido. Por ejemplo, pueden interferir con la absorción de ciertos nutrientes esenciales para la salud sexual y general, como el zinc y la vitamina B12, o al provocar fatiga y somnolencia en algunos casos, disminuir el deseo sexual y la capacidad de mantener una erección.
¿Cómo abordar la disfunción eréctil causada/inducida por medicamentos?
Es importante tener en cuenta que la respuesta a los medicamentos puede variar entre individuos, y no todos los hombres que toman estos medicamentos experimentarán disfunción eréctil. Si sospechas que un medicamento está afectando tu función eréctil, te recomendamos seguir estos pasos:
- Consulta médica: si experimentas disfunción eréctil mientras tomas un medicamento, es crucial consultar a tu médico. No dejes de tomar un medicamento sin asesoramiento médico.
- Ajuste de medicación: tu médico puede ajustar la dosis o cambiar a un medicamento diferente que tenga menos efectos secundarios sexuales.
- Tratamientos adicionales: en algunos casos, se pueden prescribir tratamientos específicos para la disfunción eréctil, como los inhibidores de la PDE-5 (sildenafil, tadalafil), junto con la medicación principal.
- Terapia psicológica: la terapia puede ser útil, especialmente si los problemas sexuales tienen un componente psicológico adicional.
La disfunción eréctil inducida por medicamentos es un problema común, pero a menudo manejable. Reconocer qué medicamentos pueden causar este efecto secundario es el primer paso para abordar el problema. Si estás tomando algún medicamento y experimentas disfunción eréctil, no dudes en hablar con tu médico para explorar opciones de tratamiento y ajustes que puedan mejorar tu calidad de vida sexual.
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