Es muy difícil valorar aspectos en positivo de una crisis que nos deja y dejará previsiblemente secuelas económicas y sanitarias, pero es importante poner el foco de atención en las consecuencias sociales y emocionales que en muchos aspectos serán positivas y solo depende de nosotros que sean cambios que se mantengan a medio/largo plazo.
Si algo ha demostrado esta situación de confinamiento es que somos seres sociales, la mayoría de las llamadas que nos hemos encontrado en la teleasistencia de la consulta están dirigidas a cómo gestionar la soledad, a como ocupar el tiempo ante la incertidumbre de no volver a ver a familiares y amigos, la necesidad de comentar nuestro miedo con alguien, la necesidad de sentir que nos cuidan, el miedo a ponerse malo y estar solo en casa.
Algo a destacar en una sociedad que parecía inminentemente abocada al individualismo, a una sociedad líquida donde prima lo efímero, la vida online y las experiencias por encima del “tener cosas” y “tener al lado a personas”.
Solidaridad y creatividad en tiempos de crisis
La solidaridad ha aparecido una vez más como en todas las crisis que ha habido a lo largo de la historia, vecinos jóvenes que llevan comida a vecinos de tercera edad, personas que altruistamente construyen mascarillas, vecinos que comparten comida, gente que cuida a niños de otros mientras estos trabajan, personas que ponen música para los demás…. ¡Qué maravilla revivir el sentimiento de confianza social!. ¿Cómo vamos a dejar que esto decaiga?
Otro de los aspectos que en esta semana de confinamiento ha quedado claro es que no hay nada mejor que el aburrimiento y el tiempo vacío para potenciar la creatividad, la cantidad de memes, rutinas entre vecinos, vídeos online, servicios dados gratuitamente online, talleres construidos para que no se aburran los niños, ideas para vernos sin vernos cara a cara ha sido y es infinito… Un mundo fascinante a la disposición de todos sin discriminación ninguna y con la mayor creatividad posible. Es fantástico, el motor del futuro siempre será la innovación y esto pasa por tener detrás a personas imaginativas.
Vivir en el presente
Uno de los enfoques cognitivos que suelen generar ansiedad es el pensamiento anticipatorio, todo el día centrados en lo que pasará mañana, ¿y si…?, ¿qué pasará si hago…?. Hoy resulta que está situación nos dispara de frente y nos arrastra como un gran tornado al poco valorado presente. Si algo sacaremos de esta crisis del coronavirus es que el hoy siempre está y estará por encima del mañana.
Tomar conciencia del valor de cada uno
Otro aspecto que podemos sacar positivo de esta situación es la toma de conciencia. Ser conscientes del país en el que vivimos, la sanidad que tenemos, el porqué y el para qué de cada uno de los puestos de trabajo que existen en cada sector, que puede aportar cada uno como profesional en su día a día y en una situación donde todos nos necesitamos.
También tomar conciencia del valor de la salud y la libertad, que al final muchas veces tenemos una crisis porque sentimos que nos faltan muchas cosas que parece que son primarias en nuestro estado de bienestar, pero en una situación como esta lo único que vemos como esencial es encontrarnos bien nosotros mismos y nuestro entorno, y poder ser libres para cubrir nuestras necesidades y tomar nuestras decisiones.
Estaréis de acuerdo conmigo en que todo esto es tan bueno que tendríamos que buscar la forma de mantenerlo. Seguro que muchos de vosotros podéis añadir otros aspectos positivos así que dejamos este post como un espacio abierto para ello.
Gracias a todos y quedémonos en casa.