Uno de los mayores males psicológicos de nuestro tiempo es la ansiedad, sus tasas de prevalencia en la población son cada vez mayores.
La ansiedad en sí es un mecanismo de defensa, cuando nuestra mente o nuestro cuerpo interpretan que un estímulo o situación pueden llegar a ser una amenaza, éste se activa, por lo que inicialmente tiene una función adaptativa.
La dificultad surge cuando nosotros interpretamos estímulos que pueden ser inocuos o no peligrosos como perjudiciales a futuro, o dañinos en cierta medida, o nos generan inseguridad entre otras percepciones.
Esa sensación de amenaza real hace que la persona desencadene un mecanismo inminente de lucha, que intente evitar la situación, huir, afrontarla o incluso que todo esto produzca un bloqueo y no pueda pensar para resolver. A esto es lo que llamamos ansiedad clínica.
Los síntomas de la ansiedad clínica suelen ser taquicardias, sudoración, hormigueo, sensación de pánico, pensamientos irracionales, respiración acelerada entre otros.
Ansiedad y sexualidad
La sexualidad no se escapa de ser un posible contexto de ansiedad, para muchas personas el sexo no es algo agradable y satisfactorio, sino que supone una preocupación intensa, presión, enfrentarse con una parte de su autoestima, desconocimiento y miedo.
Es importante pedir ayuda porque esa ansiedad sexual suele conllevar la aparición de disfunciones sexuales tanto en el hombre como en la mujer tales como disfunción eréctil, vaginismo o anorgasmia.
Pautas para superar la ansiedad ante el sexo
Algunas de las pautas iniciales para poder superar la ansiedad antes de la actividad sexual engloban:
Información sexual
En ocasiones tenemos muchos mitos, ideas e información que nos parece veraz y contrastada, pero en muchos casos descubrimos en la consulta que esto no es una realidad, y que funcionamos a nivel mental con muchos clichés y objetivos no realistas tanto sobre uno mismo como sobre la pareja que tenemos delante.
Destapar nuestros miedos
¿Por qué estamos interpretando así las relaciones sexuales?. Existen un conjunto de pensamientos y creencias que pueden estar bloqueando nuestro enfoque hacía las dinámicas sexuales. Estos pueden venir motivados por experiencias sexuales anteriores, por episodios traumáticos, por la influencia de otras áreas de nuestra vida en el área sexual… Es importante descubrir estos sesgos cognitivos para poder afrontarlos.
Dejar de ver el sexo como un todo o nada
Las relaciones sexuales tienen muchos apartados y para poder empezar a ver el sexo como algo placentero, debemos de parcelar la relación sexual y no pensar que es un todo donde o se llega a esta finalidad, o ya no voy a disfrutar yo, ni tampoco el otro.
A veces antes de trabajar la sexualidad debemos de trabajar nuestra sensualidad. Las relaciones sexuales no están bien o mal, la satisfacción es una sensación individual no comparable unos con otros.
Si crees que necesitas ampliar más información, o detectas que existe un problema de ansiedad en tu ámbito sexual solicita ayuda psicológica.