En la etapa infanto-juvenil lo signos y síntomas que muestran los niños y adolescentes cuando sienten malestar difieren, en ocasiones, de los que muestran los adultos, tanto por las herramientas con las que cuentan para identificarlos como por el momento de desarrollo socio-emocional en el que se encuentran. Hay niños y adolescentes que son capaces de expresar que no se sienten bien y necesitan ayuda para manejar los momentos de malestar.
Las personas que forman parte de su día a día pueden detectar ciertas señales de alerta que indican que deben valorar la búsqueda de ayuda profesional:
- Dificultades de concentración y memoria. Bajada de rendimiento académico.
- Pérdida o cambios en la capacidad para realizar razonamientos propios de su edad.
- Cambios de apetito, tanto aumento como disminución, y hábitos alimenticios (observar pérdidas y aumentos de peso llamativos y/o en periodos cortos de tiempo, más habituales las pérdidas de peso).
- Sentimientos de tristeza, apatía y vacío.
- Pérdida de interés y motivación por actividades que anteriormente disfrutaba.
- Cambios en la conducta llamativos: irascibilidad, mayor inquietud, se irrita con mayor facilidad ante situaciones habituales y/o frecuentes cambios de humor.
- Estallidos de ira.
- Autolesiones.
- Dolores de cabeza intensos y quejas sobre dolor de estómago.
- Comportamientos relacionados con rituales, muestras de inflexibilidad.
- Muestras de preocupación excesiva por temas concretos o preocupación por situaciones que forman parte de su día a día.
- Cambios en los patrones de sueño: somnolencia, despertares frecuentes, dificultades para conciliar el sueño, etc.
- A nivel social: evitar estar con otras personas (aislarse), dejar de frecuentar el grupo de amigos habitual, no querer participar en actividades de ocio.
Estas conductas deben estar presente durante un periodo de tiempo o ser un cambio de conducta brusco, no situaciones puntuales. Es conveniente tener en cuenta el contexto: si ha habido alguna situación que haya desencadenado determinadas conductas y sea un periodo de adaptación al cambio. En cualquier caso, si se detectan, son frecuentes y no cuentan con herramientas para abordarlas es necesario consultar a un profesional.
Además de las señales anteriormente mencionadas, existen otras relacionadas con la ideación suicida que si son detectadas es urgente consultar a un profesional:
- Amenazas directas o indirectas de suicidio.
- Desprenderse de sus pertenencias sin razón aparente.
- Cambios llamativos de personalidad.
- Aumento en el consumo de drogas y/o alcohol.
- Ideas obsesivas con la muerte.
- No hacer planes de futuro o mostrar falta de interés por tener objetivos en su vida.
Avannza Psicólogos en Masquemedicos