La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) es una enfermedad ocular que afecta la mácula, la parte central de la retina responsable de la visión detallada. Es una de las principales causas de pérdida de visión en personas mayores de 50 años. Existen dos formas principales de DMAE: seca y húmeda, cada una con características y señales de alerta distintas.
DMAE seca (atrófica)
Esta es la forma más común, representando aproximadamente el 80-90% de los casos. Se caracteriza por una progresión lenta y gradual de la pérdida de visión central. Las señales de alerta incluyen:
- Visión borrosa: dificultad para ver detalles finos, lo que puede requerir más luz para actividades como leer o realizar trabajos de cerca.
- Dificultad para adaptarse a la oscuridad: problemas para ajustarse a entornos con poca iluminación.
- Distorsión de líneas rectas: las líneas pueden parecer onduladas o torcidas.
- Manchas oscuras en la visión central: áreas borrosas o puntos ciegos en el centro del campo visual.
Estos síntomas suelen desarrollarse de manera gradual y sin dolor.
DMAE húmeda (neovascular o exudativa)
Aunque menos común, la DMAE húmeda es más agresiva y puede provocar una pérdida rápida de la visión. Las señales de alerta incluyen:
- Pérdida rápida de la visión central: deterioro repentino de la capacidad para ver detalles en el centro del campo visual.
- Distorsión visual: las líneas rectas pueden aparecer onduladas o torcidas.
- Manchas oscuras o áreas en blanco: aparición de zonas oscuras o vacías en el centro de la visión.
- Percepción alterada de los colores: los colores pueden parecer desvanecidos o menos brillantes.
Estos síntomas pueden desarrollarse rápidamente y requieren atención médica inmediata. El tratamiento actual con antiangiogénicos para la forma húmeda logra estabilizar la visión en 95% de casos cuando se aplica a tiempo. Recuerda: cada día cuenta cuando aparecen los primeros síntomas.
Diagnóstico de la DMAE
La detección temprana es crucial para prevenir una mayor pérdida de visión. Las pruebas diagnósticas incluyen:
- Examen de la rejilla de Amsler: una cuadrícula que ayuda a detectar distorsiones visuales; si las líneas rectas parecen onduladas o faltan, podría ser indicativo de DMAE.
- Tomografía de coherencia óptica (OCT): proporciona imágenes detalladas de la retina, permitiendo identificar áreas de adelgazamiento, engrosamiento o hinchazón.
- Angiografía con fluoresceína: implica la inyección de un tinte en el torrente sanguíneo para visualizar los vasos sanguíneos de la retina y detectar anomalías.
Estas pruebas ayudan a determinar el tipo y la etapa de la DMAE, facilitando un plan de tratamiento adecuado. Un dato crucial es que el 50% de pacientes con DMAE en un ojo desarrollarán la enfermedad en el otro antes de 5 años. Las revisiones semestrales son por eso esenciales.
Factores de riesgo modificables
Mientras la edad y la genética son inevitables, puedes actuar sobre:
- Tabaquismo: triplica el riesgo
- Obesidad: acelera la progresión
- Exposición solar: usa gafas UV400
- Dieta pobre en antioxidantes: incrementa luteína y omega-3
Reconocer las señales de alerta de la DMAE y buscar atención oftalmológica temprana son pasos fundamentales para preservar la visión. Si experimentas alguno de los síntomas mencionados, es esencial consultar a un especialista en salud visual para una evaluación completa y, de ser necesario, iniciar el tratamiento adecuado.
Oftalvist. Tecnología, conocimiento y experiencia
Oftalvist. Tecnología, conocimiento y experiencia en Masquemedicos
Ver comentarios (0)