Los tratamientos de reproducción asistida se asocian a menudo con los embarazos múltiples. Muchas mujeres creen que, si realizan uno de estos tratamientos, darán a luz a una pareja de mellizos o gemelos.
Esta idea proviene de los primeros años de la reproducción asistida, en la que se produjo un aumento significativo del volumen de partos múltiples. Pero las técnicas actuales permiten realizar tratamientos muchos más precisos encaminados a la gestación de un único bebé sano.
¿Por qué se produce un embarazo múltiple con la reproducción asistida?
La transferencia de dos o más embriones simultáneos es la principal responsable de las gestaciones múltiples. En los inicios de la reproducción asistida, cuando las posibilidades de éxito con un solo embrión eran reducidas, se empleaba este método para aumentar las probabilidades de embarazo. En la actualidad somos capaces de cultivar embriones hasta estadios de desarrollo mas avanzados y con un mayor potencial de implantación, lo que nos permite la transferencia de un único embrión con probabilidades de éxito.
Actualmente, es la paciente o la pareja la que en la mayoría de los casos demanda la transferencia de múltiples embriones. El número a transferir se decide de forma consensuada entre la paciente y los profesionales que la atienden, hasta el máximo legal de tres embriones simultáneos.
Sin embargo, dados los riesgos implícitos que una gestación múltiple supone para la madre y para los bebés, cada vez más profesionales abogan por la transferencia de un solo embrión. Las últimas innovaciones tecnológicas y el desarrollo de nuevas técnicas han permitido avanzar en este objetivo y garantizar al mismo tiempo unas altas tasas de éxito.
El porcentaje actual de partos con dos o más fetos por técnicas de fecundación no superan el 20%, según datos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF). En clínicas que cuentan con protocolos sanitarios avanzados y con las últimas tecnologías en materia de reproducción, las tasas son aún menores.
¿Cómo se evita un embarazo múltiple?
Conseguir un embarazo exitoso que dé a luz a un único bebé sano es el objetivo primordial de los especialistas de reproducción asistida. Estas son algunas de las principales técnicas que se han implantado para lograrlo:
Cultivo embrionario prolongado
Hasta ahora, lo más habitual en los tratamientos de fecundación in vitro (FIV) era transferir un embrión tras tres días de incubación. Sin embargo, la tendencia actual es la de alargar este tiempo hasta los cinco o seis días. En este periodo el embrión ya ha alcanzado el estadio de blastocisto, lo que permite seleccionar aquellos que tienen más posibilidades de implantar.
Uso de incubadores avanzados
Las últimas tecnologías permiten un mayor control de la evolución de los óvulos mientras están en el laboratorio. Así, existen incluso incubadores con tecnología Time-Lapse, con cámaras que permiten seguir la evolución de los embriones sin sacarlos del incubador. De este modo, su cultivo hasta el estadio de blastocisto se produce en condiciones estables de temperatura y humedad, C02 y baja concentración de oxígeno, como ocurriría en el cuerpo de la mujer.
Combinadas, estas técnicas permiten aumentar las probabilidades de un embarazo exitoso con la transferencia de un solo embrión, disminuyendo considerablemente la probabilidad de un embarazo múltiple.