¿Algunas vez has sentido que tus éxitos laborales han sido solo cuestión de suerte? Muchas mujeres pueden llegar a sentirse de esta manera, pensando que sus logros son un fraude, y que en cualquier momento pueden descubrir que no los merece, por lo que te esfuerzas en exceso porque temes fallar y desconfías de tus habilidades.
Pilar Conde, directora de Clínicas Origen, explica que estos sentimientos son síntomas del llamado síndrome de la impostora.
Incluso Michelle Obama confesó que aún sufre este síndrome que le hacía creer que no merece el respeto y admiración de las personas que le rodean.
El síndrome de la impostora siempre ha estado presente
Pauline Clance y Suzanne Imes, psicólogos clínicos, acuñaron el término en el año 1978. Que ha sido visibilizado por mujeres tan relevantes como Michelle Obama, Meryl Streep o Emma Watson.
Es un problema real, que le ocurre a muchas mujeres en el mundo, y que los psicólogos ven cada vez más frecuentemente en sus consultas.
Este sentimiento de fracaso no sólo aparece en el ámbito laboral. Muchas madres manifiestan sentir que han defraudado a sus hijos, y que no son buenas madres por no estar con ellos todo el día, ya que deben ir al trabajo, y convierten en suyos los fallos que cometen sus hijos.
Se habla en femenino de este síndrome, porque mayormente afecta a las mujeres. Está relacionado los altos niveles de exigencia e inseguridad que suelen experimentar las mujeres. La presión social es cada vez más grande sobre ellas, tanto en la vida familiar y laboral, como en la personal
Casi un 20% de la población se ve afectada por este síndrome, así lo indica un estudio de la Universidad de Ghent. Un síndrome que no distingue entre jerarquías y puede afectar a cualquiera.
El síndrome de la impostora, en el ámbito laboral, suele darse en puestos de responsabilidad, y que la personas presenta falta de confianza, especialmente aquellas con una alta capacidad de autocrítica y que son muy perfeccionistas.
Mujeres que padecen el síndrome de la impostora
Las mujeres que sufren este síndrome, además de los sentimientos de fracaso y de pensar que no merece sus éxitos, tal como mencionamos anteriormente, existen otros síntomas.
Les cuesta premiarse por lo que hacen bien, pero se reprochan sin parar cuando cometen un error. Sienten culpa, miedo e inseguridad de manera constante.
La autoestima de estas personas es baja, piensan que no tiene las capacidades necesarias para hacer su trabajo.
El círculo vicioso del síndrome de la impostora
Quienes padecen este síndrome se ven envueltas en un círculo vicioso. El estudio dirigido por la Dra. Jasmine Vergauwe, explica el llamado “Círculo del impostor”. Cuando se presenta una tarea, las personas se preparan para realizarla de forma exitosa. Para las ‘impostoras’ el resultado no es una causa de satisfacción, sino que alimenta su miedo y su frustración, ya que se convencen de que el proyecto se ha realizado correctamente gracias a esa preparación previa y el tiempo invertido en ella, no atribuyéndolo a sus capacidades personales y profesionales, reforzándose así el sentimiento de inseguridad.
Consecuencias del síndrome de la impostora
Pilar Conde explica que el padecimiento de este síndrome, puede derivar “en no integrar una identidad personal con valía, en no forjar una autoestima saludable“, si no es tratado de forma adecuada.
Otras de las consecuencias son:
- Irritabilidad
- Angustia
- Impotencia
- Ansiedad
Además, es importante recalcar que estas consecuencias mentales pueden derivar en problemas de salud físicos.
Enfrentarse al síndrome de la impostora
El tratamiento de este síndrome implica la “reinterpretación de los logros y los éxitos. Cambiar el estilo atribucional. Esto quiere decir que tomen conciencia de que sus logros se han debido a sus capacidades, sus habilidades y no a factores azarosos”, señala Conde.
Los siguientes consejos pueden ayudar a mejorar la confianza en uno mismo, y a valorarnos tal como merecemos:
- Felicitarte no es signo de arrogancia. Debes ser consciente de tus cualidades y valorar los esfuerzos que haces.
- Es importante tener objetivos concretos, y recompensarte cuando los logres. Date un capricho, sal a celebrarlo, así verás claramente tus progresos y no los dejarás pasar por alto.
- Analiza los ‘tengo que’. ¿Son otros (la empresa donde trabajas, o incluso tus hijos) quienes te ‘obligan’ a hacer las cosas de una determinada manera, o eres tú la que te impones, o deseas controlar esa tarea?. ¿Tienes alguna forma de conseguir resultados similares con un menor gasto de energía?. Cambia de mentalidad y comprende que no todo llega por suerte, sino que es el resultado de tu propio esfuerzo, y valórate por ello.
En conclusión, es importante creer en ti misma. Tu éxito no es un fraude ni producto del azar, no pienses que has defraudado a tus hijos por no poder estar con ellos todo el día. Si estos sentimientos te atacan y no encuentras la forma de superarlos y comenzar a valorarte como deberías, busca la ayuda de un profesional de la psicología, quien te darán las herramientas necesarias para lograrlo.
Clínicas Origen, especialistas en Psicología y Psiquiatría
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