Hay etapas en nuestra vida sexual en las que no nos sentimos con un deseo sexual tan activo como en otros momentos y eso puede generar sentimientos de inseguridad y malestar psicológico sobre todo cuando estamos vinculados con una pareja. Entra dentro de la normalidad que existan ciertos estímulos que disminuyan nuestra excitación sexual o pasemos por etapas en la vida donde la lívido este menos activa pero resultados contrastados en revistas científicas, tras encuestas amplias y metodológicamente bien realizadas, hablan de un 43% de mujeres adultas con falta de deseo. Es relevante tener en cuenta que a muchas de esas mujeres no les importaba tener bajo deseo sexual e incluso pocas relaciones sexuales con o sin pareja, si la situación es satisfactoria no podemos situarlo en un espectro clínico. Sin embargo si hay otro porcentaje de mujeres que viven con malestar su situación dentro de la esfera sexual.
Bloqueadores del deseo sexual
¿Detectamos que sucede en esa etapa? A continuación enumeramos posibles bloqueadores del deseo sexual:
Preocupaciones personales
La situación económica, laboral, la salud, las relaciones personales con los demás…, en definitiva cualquier incidente que se cuele en nuestra cabeza y genere tensión y preocupación, se colará también debajo de nuestras sábanas y provocará que no seamos capaces de activar nuestra excitación sexual, que depende en gran medida de nuestra mente.
Dedicar poco tiempo
La realidad actual es que la mayoría de las parejas que llevan conviviendo más de dos años, suelen empezar a dedicar poco tiempo a su actividad sexual, somos seres de hábitos, si el cuerpo a cuerpo se pierde, iniciar de nuevo ese deseo no es para todo el mundo fácil.
Dificultades en la pareja
Trascender a los conflictos en la pareja para dar importancia a mantener el área sexual requiere en ocasiones la ayuda profesional para resolver esas diferencias pues es complejo separar nuestro vínculo afectivo de un todo.
El estrés
Las personas que padecen estrés sienten que su deber es ocuparse de otras obligaciones antes de dedicarse a las relaciones sexuales. Esa sensación de urgencia para realizar tareas hace que aumente la cantidad de hormona cortisol en el organismo, lo que baja la producción de testosterona.
La brevedad de las relaciones
Anticiparnos a los mismos hábitos en las relaciones sexuales y la brevedad de las interacciones, afecta negativamente a las relaciones sexuales. En ocasiones nuestro ritmo de vida hace que sea difícil modificar esto pero está claro que si no nos tomamos nuestro tiempo sobre todo en el caso de la mujer el nivel de excitación, la aparición del orgasmo y el incremento de la libido se verán afectados.
Consumo de sustancias
Las pastillas anticonceptivas, la medicación psiquiátrica, el alcohol y el consumo de drogas afectan al organismo generando en ciertos casos una disminución de la libido y la propia capacidad física para excitarse como en el caso de la erección y el consumo de alcohol.
Baja autoestima
Tener una baja autoestima puede afectar la vida sexual. Para que nos encontremos activos e implicados en la relación sexual y que esta área sea plena debemos de trabajar aquellos aspectos personales que hace que no estemos satisfechos ya de inicio con nosotros mismos.