Distintos trabajos de investigación demuestran que la práctica regular del Tai Chi mejora la sensibilidad plantar, la coordinación neuromuscular global y los reflejos; reduce el deterioro cognitivo mediante el aprendizaje y memorización de los movimientos y consolida poco a poco el equilibrio de la persona; aporta seguridad ante el miedo a las caídas, mitiga el dolor articular por los suaves estiramientos que propone y facilita el equilibrio de los órganos internos, activando los meridianos musculo-esqueléticos propios de la medicina tradicional china. Además, un mejor funcionamiento del sistema endocrino refuerza el sistema psicoinmune frente al estrés, la ansiedad y la depresión.
Ahora los beneficios que aporta el Tai Chi junto al Chi Kung, se han llevado al área de salud mental a través de un programa experimental en el Hospital Nuestra Señora de Gracia de Zaragoza. Allí, diez pacientes de entre 18 y 50 años, de la Unidad de Trastornos de la Personalidad y de la Conducta Alimentaria han participado en esta iniciativa durante tres meses, mejorando aspectos físicos y psicosociales.
El proyecto está dirigido por José Javier Pedrosa, que desde hace 20 años trabaja en estrategias de mejora en salud y calidad de vida, es director de L’Astragal y miembro del grupo de investigación Deporte, Ergonomía y Salud (DERSA) de la Universidad de Zaragoza. En la experiencia con este grupo de pacientes, ha colaborado estrechamente con el Servicio de Psiquiatría del Hospital Nuestra Señora de Gracia.
Durante tres meses, el Tai Chi y el Chi Kung se han incorporado dentro del marco terapéutico global de los pacientes, quienes han participado en dos sesiones semanales de una hora. El objetivo de este trabajo es determinar la posible influencia del Tai Chi y el Chi Kung en el tratamiento del trastorno de la personalidad y de la conducta alimentaria, enfocado a través del prisma del Mindfulness (atención plena).
Se trata de un estudio descriptivo y situacional, combinando aspectos cuantitativos y cualitativos para conseguir un acercamiento más integrado con la realidad objeto de estudio.
Tras la labor llevada a cabo, a pesar de tratarse de un proyecto piloto y de haber sido una experiencia de solo tres meses, los pacientes muestran que este programa de Tai Chi como atención de plena consciencia “es una estrategia eficaz de afrontamiento del estrés, con mejora de la salud física y mental percibida”, según refleja en su informe José Javier Pedrosa. El jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Nuestra Señora de Gracia, el doctor Vicente Rubio, hace también una valoración positiva, “nuestro objetivo es buscar terapias o técnicas que beneficien al paciente, siempre estamos abiertos a planteamientos constructivos”. El proyecto ha sido un elemento más en su tratamiento, y la actitud de los pacientes ha sido positiva desde el principio, con una buena respuesta a la propuesta, algo que destaca el doctor Rubio, ya que no siempre sucede así.
La impulsividad, alternada con periodos de baja actividad, son algunos de los síntomas más habituales de los pacientes con trastorno de la personalidad. Por ello, el programa de trabajo ha estado basado en el carácter suave y armonioso de los movimientos propios del Tai Chi y los ejercicios que integran previamente la práctica respiratoria del Chi Kung. Con su práctica, se ha desarrollado:
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Tono muscular, relajado y consciente
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Equilibrio dinámico, en movimiento constante
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Coordinación global, que involucra todo el cuerpo
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Intención precisa de cada movimiento
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Gestión del espacio personal
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Mejor orientación espacial
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Sentido coral, de grupo
Además, en el proceso de aprendizaje de los movimientos del Tai Chi se ha desarrollado la memoria, la tolerancia frente a la frustración inicial, una mayor y mejor atención, seguridad para exponerse en público y cierto efecto moderador frente a los momentos de tensión con el buen humor.
Los pacientes que han participado en el programa destacan de esta actividad cómo les ha facilitado ponerse en marcha en sus actividades cotidianas, han aprendido a respirar mejor, les ha servido como complemento a su terapia individual y se relacionan mejor con sus compañeros y con su entorno.
El balance de esta iniciativa aplicada al área de Salud Mental, que une la tradición de las artes orientales y de la medicina china a la medicina occidental, ha sido un buen estímulo para las personas que han asistido a las clases, facilitándoles una vida más sana para reincorporarse con mayor autonomía a nuestra exigente sociedad actual.
Este programa puede ser de gran ayuda en aquellas enfermedades caracterizadas por alteración en la atención, en la conducta, en depresión, ansiedad o estrés, entre otras. “Esperamos que siente las bases para el desarrollo posterior de la línea de trabajo abierta en el Hospital Nuestra Señora de Gracia de Zaragoza respecto a la salud mental”, afirma José Javier Pedrosa.
Melania Bentué (Estrategias de Comunicación)
Blog de de Zoe (Blog de la autora)
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Me gusta toda la actividad desarrollada, recibid nuestro apoyo.
Asociación Aragonesa Trasplantados de corazón y Patologías Cardíacas "Virgen del Pilar"
Gracias Víctor. Traslado tu comentario al director del proyecto. Un saludo.