Sabemos que vivir con la infección por VIH, hoy en día es muy distinto a lo que aprendimos hace años. La situación es simplemente diferente.
Hoy en día a nivel de salud, los avances médicos han facilitado que la vivencia del VIH se asemeje a la de una enfermedad crónica. Sin embargo el bienestar no es sólo cuestión de medicinas.
VIH. La principal vía de transmisión es la sexual
La principal vía de transmisión en la sociedad occidental es la sexual y entre hombres. Ocurre que en muchas ocasiones, unimos dos posibles situaciones sociales adversas para la convivencia con el VIH: la LGTBfobia y el estigma por VIH.
Sabemos que el problema no es ser gay, lesbiana, bisexual, transexual: la diversidad sexual hace parte de nuestro día a día. El problema es el odio y los prejuicios hacia lo que nos da miedo o lo desconocido. Pagamos un alto precio por los tabúes, que afectan a todo lo relacionado con la sexualidad, por ejemplo no hablar de la diversidad, de hábitos sexuales saludables, de VIH, etc.
Sin embargo, hay cambios, aperturas. Los nuevos tiempos económicos, sociales, laborales también traen nuevas formas de vivir la pareja, nuevas estructuras familiares. Vamos incluyendo modelos de apertura a la diversidad, por lo que también en pareja y familia podemos hablar de estos y otros temas que antes ni se mencionaban. Así, podemos reflexionar, cuestionarnos, adoptar hábitos saludables adecuados a las nuevas situaciones.
Miedos ante el VIH
Uno de los principales miedos cuando conocemos que tenemos la infección, es el miedo a los cambios en la salud, al rechazo, al enfado o al dolor de personas queridas. Otros temores están relacionados con los sentimientos de culpa o con la incertidumbre, esto es, saber qué tipo de consecuencias va a tener en nuestra vida a todos los niveles, salud, afectivas, laborales, relaciones, proyectos de futuro…
Cuando el VIH comienza a hacer parte de nuestro día a día porque nos han confirmado un diagnóstico reactivo, se abren muchas preguntas, y comienza un proceso de cambio. Los pequeños pasos, como son, incorporar nuevos hábitos de salud, alimentación, cuidado personal, así como aspectos que tienen que ver con diferentes relaciones afectivas (amistades, pareja, familiares), son fundamentales.
Es un camino hacia la aceptación, que implica hacer frente a una pérdida y también abrirse al cambio y crecimiento personal. Disponer de personas de confianza con quienes compartirlo y que nos puedan acompañar en este proceso, es importante. También lo es contar con apoyo psicológico ya que ofrece un espacio seguro e íntimo en el que además de encontrar apoyo, podemos abordar dudas, incorporar herramientas y encontrar salidas creativas a las situaciones complejas.
Belén Pizarro, especialista en apoyo psicológico a pacientes con VIH
Belén Pizarro en Masquemedicos