Vivir con misofonía: causas y posibles soluciones

¿Alguna vez te ha molestado tanto un sonido en particular como para que te resulte insoportable? Todos podemos sentir aversión hacia ciertos sonidos que nos incomodan, sin embargo, en algunos casos, tal aversión se convierte en un problema para su día a día, hasta el punto de generar ansiedad. La misofonía es un trastorno que causa mucho malestar en quienes la sufren, por lo que saber qué es, en qué consiste y cómo tratarla es clave para mejorar su calidad vida.

¿Qué es la misofonía?

La misofonía es una forma de hipersensibilidad auditiva que, al igual que la hiperacusia, causa malestar en las personas que la padecen ante el sonido. Sin embargo, a diferencia de esta, la misofonía se da ante ruidos o sonidos concretos, y de ahí su nombre. De origen griego, se puede traducir como “odio al sonido”, pues quienes la sufren reaccionan de manera subjetiva hacia ciertos sonidos.

Así pues, estas reacciones suelen derivar en ansiedad, por lo que algunos de los síntomas que pueden presentarse si se tiene este trastorno son el aumento del ritmo cardíaco y la temperatura corporal, tensión muscular, sensación de presión por el cuerpo e incremento de la presión sanguínea o respiración anómala, cuando se oye un sonido que lo desencadena. 

¿Cuáles son sus causas?

Lamentablemente, del mismo modo que sucede con la hiperacusia, sus causas no se saben con exactitud. No obstante, se teoriza con que este trastorno tenga un origen neurológico, psicológico o se dé por ambos. De este modo, se cree que la misofonía puede haber sido causada por una mala experiencia o alguna situación que causará mucho estrés al paciente en una etapa temprana de su desarrollo, o lo que es lo mismo, en su infancia. De hecho, estudios recientes han descubierto que un alto porcentaje de casos que sufren hiperacusia (más de la mitad) también podrían tener TOC (Trastorno Obsesivo-Compulsivo).

¿Cómo se trata la misofonía?

Debido a que, como ya hemos señalado, sus causas se desconocen y a su alta incidencia en la vida de los pacientes, hasta el punto de ocasionarles problemas psicológicos, los tratamientos se enfocan en terapias para mejorar su salud mental. Por ejemplo, algunas personas que padecen misofonía pueden presentar actitudes y comportamientos violentos, por lo que el tratamiento se centrará en proporcionar herramientas para gestionar las emociones.

Sin embargo, como cada caso es diferente, también se puede recurrir a terapias de desensibilización, así como de relajación, y psicológicas para intentar mejorar la sintomatología. A veces, también se prueban tratamientos farmacológicos, aunque, como no existe una prueba específica para identificar el sonido ante el que se desencadenan los síntomas, siempre se realiza en combinación con las terapias psicológicas.

Por último, también está la opción de auriculares y tapones, como los que se pueden encontrar en centros especializados como Audicost. Estos tapones están pensados para ayudar a combatir los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes, en la medida de lo posible, para que puedan desenvolverse con total normalidad en su día a día.

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