Este primer fin de semana de marzo os acompaño con un viernes de cine orientado a la ciencia ficción, ¿Piensas que puede estar reñido con la psicología? Nada más erróneo.
Isaac Asimov en su libro visionario Yo, Robot nos hablaba de las tres leyes de la robótica donde se produce un acercamiento de normativa hacía el humano:
- Un robot no debe dañar a un ser humano o, por su inacción, dejar que un ser humano sufra daño.
- Un robot debe obedecer las órdenes que le son dadas por un ser humano, excepto cuando estas órdenes se oponen a la primera ley.
- Un robot debe proteger su propia existencia, hasta donde esta protección no entre en conflicto con la primera o segunda leyes.
¿Llegaremos a necesitar que psicólogos desarrollen un programa de gestión emocional para la comunicación e interrelación con los llamados ciborgs?
Yo, Robot. Una película de Alex Proyas
En Yo, Robot, película dirigida por Alex Proyas pero más conocida por ser protagonizada por Will Smith, nos situamos en el 2035 (Ya no parece tan lejano), donde existe una sociedad que ya convive en una vida tranquila y estructurada con robots que comparten nuestras actividades diarias. Todos los ciudadanos están tranquilos porque las tres leyes de la robótica nos protegen de conflictos hasta que como en los humanos no todo puede ser predecible.
Lo interesante de la película es que detrás de los efectos especiales, nos puede llevar a pensar en que debemos de fomentar que la tecnología no priorice sobre el ser humano con un uso que tenga siempre presente unos valores morales, no seamos esclavos de la tecnología. La gestión de emociones ¿Competiremos con robots que nos harán sentir envidia? ¿Puede la creatividad del ser humano superar a la estructura lógica y aparentemente sin fallos de una conducta programada de un robot?
Es un film made in Hollywood pero como en muchas de las películas que recomiendo te pido que saques tu ojo interior y profundices detrás de ello para quedarte con el mensaje más constructivo de este tipo de films. Al igual que Asimov céntrate en las ideas y no en la acción.