Conseguir la implantación en el endometrio, es uno de los momentos más importantes durante un tratamiento de fecundación in vitro o de ovodonación.
El endometrio es una capa que reviste el interior de la cavidad del útero, donde el embrión se adhiere para dar comienzo a la gestación.
¿Por qué es importante clasificar los embriones para la implantación?
En un tratamiento FIV los embriones se cultivan en el laboratorio hasta su fase de blastocisto (5 días). Tras ello se les clasifica por su calidad.
Para la clasificación de los embriones, los embriólogos los analizan detalladamente, teniendo en cuenta parámetros como: número de células, simetría, tipo, porcentaje de fragmentación celular, ritmo de división, entre otros.
Los embriones se clasifican en:
- Embrión A: calidad óptima y capacidad de implantación máxima.
- Embrión B: calidad y capacidad de implantación buena.
- Embrión C: calidad y capacidad de implantación media.
- Embrión D: calidad y capacidad de implantación baja.
Se eligen preferiblemente los embriones de calidad A o B. Estos embriones son los que tienen una mayor probabilidad de lograr una implantación exitosa, para conseguir así el embarazo.
En algunos casos no se consiguen embriones de buena calidad, entonces se transfieren embriones de calidad media.
Los embriones sobrantes pueden ser vitrificados para realizar intentos posteriores, o donarlos a otras parejas que no pueden concebir con gametos propios.
Fallo de implantación
El fallo de implantación ocurre cuando después de tres o más ciclos, en los que se han transferido embriones de buena calidad y no se ha logrado el embarazo, esto se denomina fallo de implantación.
Cuando esto sucede, es necesario determinar la causa del problema para darle solución.
Las causas más comunes de los fallos de implantación, van unidas a causas embrionarias y/o uterinas, aunque puede haber otros factores implicados. En algunos casos las causas son complicadas de diagnosticar.
Cuando los embriones, aparentemente de buena calidad, no tienen una carga cromosómica correcta, también puede ocurrir un fallo de implantación, o incluso un aborto. Para evitarlo el cariotipo de la pareja o de la mujer debe ser estudiado, realizando una biopsia mediante un Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP).
Si la causa del fallo de implantación es uterina, puede deberse a que la receptividad del endometrio no sea óptima al llevar a cabo la transferencia del embrión.
Para determinar la receptividad del endometrio se realizará un test de receptividad endometrial (test ERA). Esto permite congelar los embriones y transferirlos en el momento
óptimo para facilitar la implantación.
Tanto las causas del fallo de implantación como el tratamiento de fertilidad adecuado en cada caso, deben ser determinados por un equipo de profesionales en reproducción asistida, quienes guiarán a los pacientes durante todo el proceso necesario para lograr el embarazo.
Ovoclinic, centros de Reproducción Asistida
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