La disminución de visión repentina puede ser síntoma de algún problema ocular. Antes de producirse, se manifiestan algunas señales de alerta tales como la deformación de las imágenes; que indica un problema en la retina que debe ser atendido con urgencia, la percepción de puntos flotantes y visión de luces o “fogonazos”, o la aparición de una cortina negra que cubre el campo visual brevemente; que pueden estar avisando de un desprendimiento de retina.
Una disminución o pérdida de la visión de forma repentina requiere la atención urgente de un oftalmólogo. Un síntoma como este no debe ser pasado por alto, y es importante determinar la causa que lo produce para poder dar solución al problema cuanto antes.
Pérdida o disminución de visión repentina: Causas y respuesta
La disminución o pérdida repentina de visión puede estar provocada por diferentes causas, en cualquier caso indica un problema ocular que debe ser atendido por un profesional.
Desprendimiento de retina
Esta es una de las causas comunes de pérdida de visión repentina. Afecta a mujeres y hombres, generalmente entre los 40 y los 70 años, aunque también puede ocurrir en personas más jóvenes.
El desprendimiento de la retina puede ser gradual o súbito. Se trata de una urgencia importante cuando afecta a la parte central de la retina. Cuando el desprendimiento de retina es crónico no precisa una actuación inmediata, sin embargo será el oftalmólogo quien lo determine.
Si afecta a la parte central de la retina (mácula) es una urgencia importante. Un desprendimiento de retina crónico, en cambio, no precisa una actuación inmediata. De todas formas, esto es algo que debe determinar el oftalmólogo de urgencias.
Desprendimiento de vítreo
Este puede preceder a un desprendimiento de retina, y se manifiesta generalmente por la visión de las llamadas miodesopsias o moscas volantes, que se hacen más evidentes cuando observamos una superficie de color homogéneo.
Si percibimos por primera vez moscas volantes, es imprescindible acudir al oftalmólogo para realizar una revisión del fondo de ojo y una valoración del estado de la retina. En muchos casos las moscas volantes no son un problema importante, pero en otros pueden estar relacionadas con alteraciones o inflamaciones en la retina.
Es imprescindible evaluar esta patología para evitar que se produzca un desprendimiento de retina. En algunos casos será necesario realizar un tratamiento láser como prevención, para evitar una cirugía en el futuro.
Hemorragia del vítreo
Otra de las causas de la pérdida repentina de visión es la hemorragia del vítreo. Se caracteriza por la presencia de sangre en la cavidad vítrea, que a menudo se relaciona con la retinopatía diabética, con oclusiones vasculares y otros procesos de la retina.
Una hemorragia del vítreo puede ser una señal de alarma previa a un desprendimiento de retina. Cuando la hemorragia es pequeña, puede percibirse como una visión nublada, pero si se produce una hemorragia grande, la pérdida de visión puede ser seria.
Falta del riego sanguíneo en el nervio óptico
Cuando se produce una neuropatía óptica isquémica anterior (NOIA), es decir, una falta de riego sanguíneo en el nervio óptico, suele cursar con pérdida de visión indolora, brusca y unilateral, y también con un defecto altitudinal en el campo visual.
Oclusiones vasculares retinianas
Las oclusiones vasculares retinianas tienen lugar cuando las venas o arterias del ojo se bloquean. Cuando el bloqueo se produce en las arterias suela causar pérdida brusca de la visión. La pérdida de visión puede afectar a todo el campo visual o a una parte, dependiendo de si se ha producido un bloqueo en una arteria central o en una rama.
Habitualmente estas oclusiones son causadas por la diabetes o el glaucoma, y son más frecuentes en las personas mayores, aunque puede ocurrir a cualquier edad.
Uveítis
La úvea es la capa que aporta mayor flujo de sangre a la retina, esta puede irritarse o inflamarse, produciéndose una uveítis. Esta enfermedad es poco frecuente, y aparece generalmente en personas mayores de 60 años.
Existen varios tipos de uveítis, siendo la más común la iritis, o uveítis anterior, que afecta a la parte anterior del ojo, pudiendo afectar únicamente al iris.
Degeneración macular
Esta enfermedad progresiva y degenerativa, es actualmente una de las causas más comunes de pérdida de visión en las personas de la tercera edad.
En sus estados iniciales, la persona afectada percibe las líneas rectas como curvadas, y con el tiempo esta distorsión va en aumento. Además, nota borrosidad en la zona central de la visión.
Existen dos tipos de DMAE: seca y húmeda. Gracias a las medicaciones con altas concentraciones de vitaminas y oligoelementos, se ha logrado el control y mejora de esta enfermedad en su forma seca en alrededor de un 65% de los afectados.
Aunque la pérdida de visión sea temporal, se trata de una emergencia oftalmológica, que puede estar causada por una enfermedad grave, cuya detección y tratamiento puede llegar a salvar la vista.
Ante una pérdida de visión se debe acudir de manera inmediata a urgencias, donde un oftalmólogo realizará las valoraciones necesarias para descartar cualquier enfermedad o problema ocular, y en caso de detectarlo, darle el tratamiento adecuado.
Instituto Oftalmológico Tres Torres
Instituto Oftalmológico Tres Torres en Masquemedicos