La nariz aguileña, romana o ganchuda es aquella que cuenta con un puente prominente que le otorga la apariencia de estar curvada o ligeramente doblada.
Se trata de uno de los rasgos faciales que más acompleja a quienes la padecen; no en vano, la rinoplastia de la nariz aguileña es una de las intervenciones de nariz con fines estéticos que más se realiza. Casi el 90% de los pacientes con nariz aguileña acuden a la consulta preocupados por el aspecto estético de su nariz, no por problemas relacionados con la salud u otro tipo de inconvenientes.
Este tipo de nariz suele originarse por un exceso de huesos y cartílagos del dorso nasal, que dota a la nariz de un perfil ganchudo con una giba o caballete (montículo en la parte media o alta de la nariz vista de perfil), y una punta que tiende a caer (a veces aparentemente) ligeramente hacía los labios.
Su origen puede ser genético, aunque la nariz también puede verse modificada durante el proceso de envejecimiento, por algún tipo de lesión traumática o por la formación de lo que se conoce como “callo óseo”.
¿Cómo se opera una nariz aguileña?
A grandes rasgos se puede decir que para corregir la nariz aguileña es necesario llevar a cabo un modelado de los huesos y los cartílagos nasales hasta ajustar la nariz al tamaño y la forma elegida.
El objetivo de la intervención es conseguir un puente nasal recto y fuerte que dote al rostro de armonía y equilibrio. Por eso nosotros estudiamos, en presencia del paciente y con la ayuda de nuestro digitalizador de imágenes, todas las posibilidades hasta conseguir el resultado más satisfactorio, algo que el paciente ve ya en la primera visita sobre sus propias fotografías.
Para minimizar y hacer desaparecer la giba o caballete nasal hay que rectificar el dorso. Pero este solo es el primer paso, ya que una nariz aguileña suele presentar varios frentes a tratar.
En muchas ocasiones es necesario elevar la punta nasal, disminuyendo su proyección y/o tamaño.
La punta es una zona cartilaginosa que puede modificarse en su totalidad. Tratando la punta, la nariz se reposiciona y se eleva hasta una zona más armoniosa.
A veces esta caída de la punta es dinámica. Esto quiere decir que sucede cuando nuestro paciente gesticula, sobre todo cuando se ríe. En estos casos hay que modular la acción de un pequeño músculo llamado depresor de la punta nasal, con lo cual la forma será igual en reposo como en movimiento.
También proporcionamos la anchura de la base nasal y la proyección de los cartílagos de la punta.
¿A qué edad puede realizarse la intervención para corregir la nariz aguileña?
Es importante remarcar que hay que esperar hasta los 18 años aproximadamente para realizarse la intervención; que es la edad en la que la nariz ha finalizado su desarrollo anatómico.
Pero cuando nos encontramos ante una deformidad importante se puede adelantar a los 14 -16 años.
¿Podré hacerme una idea de cómo va a ser el resultado final?
Sí. Como ya hemos comentado antes de la operación realizamos siempre en presencia del paciente un estudio personalizado de los rasgos faciales.
Mediante nuestro sistema de digitalización de imágenes (Seattle Software Design, USA) le mostramos al paciente el estudio del resultado final de su intervención estética. Con imágenes del antes y el después.
La intervención suele durar entre hora y media y dos horas.
El paciente entra y sale hablando del quirófano, y solo está dormido durante ese tiempo. A primera hora de la tarde marcha a su casa sin ninguna medicación (ni antibióticos, ni antiinflamatorios, ni calmantes, pues no son necesarios en nuestros procedimientos).
Llevará unos pequeños tapones especiales de esponja con un tubito para respirar y una férula o protector nasal a medida sintética (no de escayola) antialérgico, ligero y transpirable con la que podrá realizar actividades normales prácticamente de inmediato y que quitaremos en la consulta, sin molestia alguna, en una semana.
Dr. Juan Antonio Mira en Masquemedicos
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