Los seres humanos necesitamos de varios elementos para realizar una tarea de manera eficaz y uno de los elementos prioritarios tras la voluntad de acción es el nivel de concentración, ya que sin un nivel adecuado se produce un derroche de recursos sin el resultado satisfactorio.
En esta época se ha conseguido dedicar un apartado especial a la atención que no se había conseguido en otras épocas anteriores, a través de actividades como el mindfulness o el yoga. Los altos porcentajes de diagnósticos de niños y adultos de TDAH,también han supuesto una valoración de la atención desde la perspectiva clínica más profesionalizada para evitar falsos diagnósticos.
La concentración debe ser un compendio de pensamiento, emoción y acción y tenemos claro que es un equilibrio difícil ya que está se ve influida por otros procesos psicológicos como la memoria o la percepción pero en el momento en el que ocurre esta simbiosis la mente y el cuerpo aprenden a caminar de la mano y malgastaremos menos energía y ganaremos en autocontrol y bienestar.
Mindfulness para una óptima concentración
Las actividades de mindfulness intentan a través de un entrenamiento práctico aprender a fijar la mente sin distracciones en una misma línea de pensamiento. Fijar la mente sin vagar por objetos externos ajenos a nosotros. Ese estado de foco es lo que denominamos una óptima concentración.
Muchas personas tiran la toalla, “ser atento es de personas tranquilas, más pausadas que yo” me han dicho muchas veces y yo les llevo a reflexionar, que cada uno podemos actuar con las etiquetas rígidas que deseemos pero que en el momento que decidamos con voluntad de cambio modificar un comportamiento siempre nos podremos mover. En nuestra práctica diaria estamos compuestos de hábitos que tienen como núcleo el principio de aprendizaje.
La auto observación es un paso inicial para empezar a favorecer la concentración. ¿A qué aspectos estamos atentos? ¿Cuándo realizamos más esfuerzos por situar nuestra mente en el presente y en la tarea que vamos a desempeñar? Y en cambio ¿Cuándo nos decimos que para esto necesitamos menos atención, o cuando nos damos autoinstrucciones de que eso no es interesante o importante y automáticamente cambiamos la atención arrepintiéndonos después?
Existen muchos tipos de estrategias, enfoques y hábitos para mejorar la concentración. Uno de los hábitos a los que tenemos que presentar atención es el sueño. Una higiene de sueño afectada influye en los procesos de memoria y atención.
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