La situación por la que pasamos en estos días con el confinamiento derivado de las medidas para luchar contra el COVID-19 ocasiona una serie de procesos psicológicos de un gran impacto emocional. La amenaza de la enfermedad nos obliga a componer mentalmente una situación nueva y difícil de encajar. Mientras a la vez tenemos que cambiar de golpe nuestros hábitos cotidianos por otros que no hemos elegido.
Afrontamos, por un lado, la pérdida de la certidumbre, de la seguridad en nuestra sociedad, de sentirnos tranquilos y a salvo donde quiera que estuviéramos. Que como todas las pérdidas implica un proceso de duelo con cada una de sus fases: negación, rabia, negociación, depresión y aceptación. Reacciones de duelo que estamos viviendo en estos días, aunque lo perdido no sea un ser querido, sino una sensación muy valorada, de bienestar, de seguridad y confianza.
Ansiedad a causa del confinamiento por el COVID-19
Por otra parte, el confinamiento, trastoca los pilares de nuestra existencia diaria, nuestros hábitos del día a día. Educados desde pequeños en el “hacer” y en el vivir puertas afuera, se nos pide algo para lo que no estamos preparados, que es “no hacer” o esperar, puertas adentro. Ocasionando otra pérdida dramática pero mucha más concreta y tangible que obliga a realizar adaptaciones desde el primer momento sin permitir el duelo necesario para que surjan espontáneamente.
Impuesto por las circunstancias y plenamente asumido, afrontamos también la delegación del control de la conducta en manos del estado, lo que viene a producir una cierta sensación de privación de las libertades que tanto hemos defendido y valorado. Y, percibidas o no, estas pérdidas producen una gran zozobra emocional que podríamos llamar “ansiedad compartida” o “ansiedad social”.
Debemos tener en cuenta que de manera traumática e inesperada un tsunami vírico ha arrasado con la normalidad de nuestra vida y andamos desorientados tratando de encajarlo, buscando respuestas y guías en los medios. Sin lograr evitar una sensación intensa de malestar que se ve agravada por la incertidumbre sobre el tiempo necesario para la vuelta a la normalidad y por las graves secuelas económicas que se anticipan, difícilmente predecibles también.
Este es el marco que debemos tener en mente para elegir las actuaciones de cada momento. Y también es nuestro punto de partida para elegir el proyecto sobre el que asentar una experiencia de vida fructífera y satisfactoria, que al menos temporalmente, nos toca construir.
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Enfrentarnos a lo desconocido, a la incertidumbre, a lo que vendrá o pasara con nuestras vidas, con nuestras familias o nuestros vecinos o amigos es una situación Psicologicamente delicada perniciosa y hasta diría que también tenebrosa.
La sociedad en su conjunto ha perdido valores, ha perdido iniciativas, ha perdido objetivos, ideas, motivados por habernos dejado arrastrar a la toma de decisiones de los que ejercen el mando de manera equivocada o acertada.
Bien es cierto que quienes están en las sombras no están absolutamente preparados o capacitados tan siquiera como para pelar un cable y conectarlo para dar luz, pero están el frete de posiciones en las que no saben que rumbo tomar porque aunque tengan carreras universitarias o no son ignorantes de la situación tan grave que nos afecta al conjunto de la población mundial…
Los verdaderos sabios están en las trincheras aguardando la debacle, opinando desde fuera sin estar al frente del batallón ni del combate cuerpo a cuerpo.. Es fácil desde fuera de la contienda trazar objetivos sin conocer el terrenos que se debe transitar..
Aun somos muchísimos los que hemos pasado por la obligatoriedad de haber cumplido con El Servicio Militar y hoy mas que nunca lo echamos en falta porque aunque mal les pese o les duela a muchos allí se nos hacían tomar decisiones o adoptar valores individuales que afectaban al conjunto o que nos hacían salir airosos individualmente por haber superado esas duras metas.
Aprendiamos a sobrevivir en las condiciones mas duras y extremas, sin agua ni comida, intentando moderar y tranquilizar los nervios racionando los alimentos para sobrevivir o silenciar la mente para poder pensar y ver las cosas con realidad y objetivos a trazar.
Asi por ejemplo es digno de mencionar la dura proeza de aquellos jóvenes mártires de un conflicto como fue el de Las Islas Malvinas en las que estuvieron mas de 45 dias abandonados a su suerte sobreviviendo en las condiciones mas duras y extremas que nadie puede imaginar…
Me tocado por designios de la vida atravesar y seguir atravesando momentos muy duros, como han sido Un Cancer de colon muy avanzado y luego por las consiguientes secuelas diversos problemas cardiovasculares como ingresar en urgencias hospitalaria un dia si y otro también…….Muchas veces he dicho con jocosidad que en cualquier momento me otorgaban el premio a la fidelidad hospitalaria…
Hoy hemos perdido el norte porque el individualismo y la falta de colaboración ciudadana nos arrastra hacia la jungla en la que sobreviviran los mas fuerte y caerán los mas débiles en todos los sentidos..
Muchos de nosotros hemos tenido ejemplares maestros que nos han enseñado e inculcado valores y sentimientos difíciles de adquirir si no se tiene una vida de ejemplo, equidad, austeridad, sabiduría..
Hoy tenemos tan solo oportunistas del momento que claramente pretenden darnos ejemplos y normas a seguir cuando ellos mismos son los que las transgreden y saltan dando un claro ejemplo que muchos adoptan por ver que si el puede nosotros también…….
La Sociedad debe ser mas participativa y mas comunicativa para formar una sola piña en la que dejando de lado esos muestrarios adoptemos entre todos una ferrea unión como si estuviéramos confinados en un submarino que no puede asomarse a la superficie porque para salir adelante es bien claro que o salimos todos juntos o nos hundimos todos juntos.
Atte Jose Alberto