La disfunción eréctil (DE) es la incapacidad de lograr o mantener una erección lo suficientemente firme como para tener relaciones sexuales satisfactorias. Es un proceso complejo que implica factores hormonales, neurológicos, vasculares y psicológicos. Por lo tanto, cualquier problema de salud que afecte negativamente alguno de estos sistemas puede contribuir a la disfunción eréctil.
Relación entre enfermedades y la disfunción eréctil
Algunas de las enfermedades y condiciones médicas que pueden estar asociadas con la disfunción eréctil son las siguientes:
- Enfermedad cardiovascular: La DE puede ser un síntoma temprano de enfermedad cardiovascular, ya que ambos comparten factores de riesgo comunes, como la hipertensión arterial, la diabetes, el colesterol alto y la obesidad. Estas condiciones pueden causar daño a los vasos sanguíneos y reducir el flujo sanguíneo al pene, lo que dificulta lograr o mantener una erección. Se ha observado que hasta el 75% de los hombres con enfermedad cardiovascular tienen algún grado de DE.
- Diabetes: la diabetes puede dañar los nervios y los vasos sanguíneos que son necesarios para una erección adecuada. Se estima que alrededor del 50% de los hombres con diabetes experimentan algún grado de disfunción eréctil.
- Trastornos neurológicos: condiciones como la esclerosis múltiple, la enfermedad de Parkinson, lesiones de la médula espinal y accidentes cerebrovasculares pueden afectar los nervios que controlan la función eréctil, lo que lleva a problemas de erección.
- Enfermedad de Peyronie: es una afección que provoca la formación de tejido cicatricial en el interior del pene. Esto puede resultar en una curvatura anormal del pene durante la erección, dolor durante las relaciones sexuales y, en algunos casos, dificultad para lograr o mantener una erección lo que puede conducir a la disfunción eréctil.
- Cáncer de próstata: el tratamiento del cáncer de próstata, como la cirugía o la radiación, puede dañar los nervios que controlan la erección. Se estima que hasta el 60-70% de los hombres pueden experimentar algún grado de disfunción eréctil después de someterse a tratamientos como la prostatectomía radical (cirugía para extirpar la próstata), radioterapia o terapia hormonal para el cáncer de próstata. Esta disfunción eréctil puede ser temporal o permanente, y la severidad puede variar.
- Obesidad: la obesidad está fuertemente correlacionada con la DE, ya que puede contribuir a condiciones como la diabetes, la hipertensión arterial y la enfermedad cardiovascular, todas las cuales son factores de riesgo conocidos para la disfunción eréctil. Los estudios sugieren que entre el 40% y el 70% de los hombres obesos experimentan DE.
- Enfermedades del sistema endocrino: además de la diabetes, otros trastornos endocrinos como el hipotiroidismo, el hipertiroidismo y el hipogonadismo pueden estar correlacionados con la disfunción eréctil debido a su impacto en los niveles hormonales. Los porcentajes específicos pueden variar según el trastorno endocrino, pero en general, entre el 25% y el 50% de los hombres con hipotiroidismo experimentan DE.
- Tabaquismo, consumo de alcohol y drogas: fumar daña los vasos sanguíneos y puede dificultar el flujo sanguíneo al pene. El consumo excesivo de alcohol puede interferir con la función eréctil, así como las drogas ilícitas, como la cocaína y la marihuana.
Las causas psicológicas de la DE son:
- Estrés: el estrés puede afectar el deseo sexual y la capacidad de lograr una erección.
- Ansiedad: la ansiedad por el desempeño sexual puede provocar DE.
- Depresión: la depresión puede afectar el deseo sexual y la capacidad de lograr una erección.
- Problemas de relación: los problemas de relación pueden provocar estrés y ansiedad, que pueden conducir a la DE.
En algunos casos, la DE puede ser causada por una combinación de factores físicos y psicológicos.
Consejos para prevenir la disfunción eréctil
En base a los problemas de salud que hemos mencionado, a continuación se muestran algunos consejos para ayudar a prevenir la DE:
- Controla tu peso: si tienes sobrepeso u obesidad, perder incluso una pequeña cantidad de peso puede ayudar a mejorar tu función sexual.
- Deja de fumar: fumar daña los vasos sanguíneos y puede dificultar el flujo sanguíneo al pene.
- Limita el consumo de alcohol: el consumo excesivo de alcohol puede interferir con la función eréctil.
- Controla el estrés: el estrés puede afectar el deseo sexual y la capacidad de lograr una erección.
- Haz ejercicio con regularidad: el ejercicio regular puede ayudar a mejorar la salud cardiovascular y la función sexual.
- Come una dieta saludable: una dieta saludable puede ayudar a mejorar la salud cardiovascular y la función sexual.
Si experimentas DE, es importante ver a un médico para descartar cualquier causa física subyacente. Si no se encuentra ninguna causa física, un terapeuta puede ayudarte a abordar las causas psicológicas.
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