Las crisis de pánico se encuentran dentro de los trastornos de ansiedad y constituyen una de los síntomas más agudos a los que se asocia la sintomatología ansiosa. Son periodos en los que la persona siente de manera súbita y temporal un temor extremo, y sin una razón aparente y real. La persona puede llegar a detectar el desencadenante o no, hay episodios tan condicionados que el afectado ni siquiera sabe porque empieza a tener ese miedo. Puede durar de minutos a horas.
Los síntomas principales son físicos: taquicardia, dificultad para respirar, no poder moverse, temblores, sudoración, mareos. Esto hace que en muchas ocasiones la persona derive también en cuadro de hipocondría por la aparición de pensamientos asociados a una enfermedad o a la posibilidad de una muerte inminente.
Etapas en el desarrollo de la crisis de pánico
Wilson R. Reid describe dos etapas en el desarrollo de la crisis de pánico:
En la primera etapa —ansiedad anticipatoria—, existe una comunicación inconsciente entre la mente y el cuerpo. La mente considera que se aproxima una situación temida y estimula un proceso de pensamiento cuando recuerda una situación pasada difícil. En ese momento, la mente crea una imagen que indica al cuerpo que responda, en el momento presente, como si se estuvieran produciendo dificultades pasadas. Con esta información sobre crisis pasadas, la mente comienza a cuestionarse su capacidad para hacer frente a la crisis.
En la segunda etapa —el ataque de pánico—, estos mensajes entre mente y cuerpo ya no son silenciosos, pero sus efectos son los mismos. Esto provoca sensaciones físicas que el cuerpo genera (como las taquicardias). El individuo afectado tiene miedo de los síntomas percibidos e inconscientemente emite instrucciones al cuerpo para protegerse, con las cuales el cuerpo comienza a “cambiar su química” con el fin de protegerse de la emergencia. Sin embargo, como no se trata de una verdadera crisis física, no se puede utilizar correcta y eficazmente la estrategia del organismo, preparado para la alerta.
Trabajar las crisis de ansiedad desde la psicología
En la consulta intentamos en la primera sesión poder acotar el círculo de la primera crisis, y obtener información sobre como se han sucedido las siguientes crisis actuales. Para ello pedimos a la persona que intente recordar cómo empezó todo, si en aquellos momentos se dio alguna circunstancia que pudiese influir en que experimentara aquella sensación de descontrol, o si algo o alguien favorecieron la interpretación catastrofista de esas sensaciones o hechos. Es importante detectar cuales son los sucesos desencadenantes. Habitualmente esto ya es un avance para la persona que empieza a tener sensación de control sobre lo que le está ocurriendo.
Otro de los apartados que solemos trabajar con el paciente es detectar que estrategias pone en práctica para afrontar la ansiedad. Hay personas que evitan, y enseguida se van de la escena a un lugar que consideren seguro, otras que toman medicación y esperan, otras que intentan distraerse o llamar a alguna persona de confianza que les ayude a parar la crisis. La terapia pasa por una reeducación cognitiva donde la persona empieza a tener el control, a entender que el episodio no es dañino ni peligroso solo desagradable, que si intentamos cortar los pensamientos de miedo el episodio cada vez va siendo más corto, intentar no luchar contra él. No evitar el miedo y progresar utilizando estrategias más positivas que la huida. Reforzarse los momentos de control.
Recordar que la mayoría de las experiencias que vivimos no son buenas o malas sino que depende de la forma en que las interpretemos.
Si te encuentras inmerso en una etapa de crisis de pánico y necesitas ayuda consulta con un profesional de la psicología, evita el sufrimiento y encuentra tus estrategias para afrontarlo.
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Ver comentarios (2)
Hola.
Mi ansiedad trata sobre conducir él coche.
En la autoescuela fue perfecto.
Mi marido me decía que lo fuera cogiendo, ya con él carnet aprobado.
Me ponía nerviosa y muy tensa.
Hasta que no lo volví a coger. Es sentarme donde el conductor.....y ya hace varios años. Y no hemos sufrido un accidente. No entiendo porqué ese pavor, es una sensación de agobio y miedo..y ya con mis hijas impensable claro. Porqué me pasa ésto?. Gracias
Hola Ángeles, por la información que transmites tu diagnóstico sería lo que llamamos en psicología Amaxofobia y se trata de una fobia a conducir donde la persona crea pensamientos anticipatorios de que va a tener un accidente, va a perder el control y no va a saber reaccionar al volante. Además dentro de esas pérdidas de control puede haber la posibilidad de que haya aparecido una crisis de pánico conduciendo lo que genera más rechazo la siguiente vez para coger el coche. No hace falta haber tenido un accidente o un episodio traumatico en el vehículo porque en ese caso hablaríamos más bien de un trastorno de estrés postraumático que de una fobia o bloqueo ansioso. Te animo que pruebas a intentar mezclar la terapia psicológica con la posibilidad de apuntarte a la par a unas clases de reciclaje en conducción y poco a poco ir desmontando la visión de pánico y ganar más seguridad en el coche.