La depresión y la obesidad se retroalimentan, dando origen a un círculo vicioso. Una persona con obesidad puede presentar síntomas depresivos. Así mismo los síntomas de la depresión pueden afrontarse a través de una ingesta de alimentos en exceso, que poco a poco puede convertirse en ganancia de peso, y que la persona acabe padeciendo obesidad.
Las personas que sufren obesidad tienen más riesgo de padecer una depresión, concretamente un 55% más que las personas con un peso normal. Y aquellas personas que tienen depresión, presentan un 58% más riesgo de obesidad. Es necesario saber entonces cómo afecta la depresión a la obesidad y la obesidad a la depresión.
Depresión y Obesidad
Depresión
En la depresión, la persona manifiesta síntomas emocionales que son difíciles de gestionar. Al ingerir alimentos, se produce una sensación placentera, por lo que se tiende a asociar la comida con una disminución del malestar emocional, ya que el refuerzo se obtiene de forma inmediata. Cuando la persona es consciente de esto, comenzará, de forma progresiva, a ingerir una mayor cantidad de alimentos.
Además hay otros dos síntomas que se asocian a la depresión: la apatía y la falta de disfrute. Esta inactividad incide considerablemente en el aumento de peso.
Obesidad
Nuestra sociedad tiende a considerar la delgadez como un objetivo, y cuando el físico de una persona se aleja de los cánones de belleza, suele recibir muestras de discriminación. Por esta razón, las personas con exceso de peso pueden sentirse rechazadas en su entorno laboral y social. Como consecuencia, disminuye su autoestima y la seguridad en sí mismos, pudiendo derivar en una depresión.
Las tareas cotidianas pueden convertirse en una odisea para las personas con sobrepeso u obesidad. Por ejemplo, ir de compras: la sociedad suele considerar como normales las tallas pequeñas. Esto, sumado a la falta de unificación de tallas en España, produce efectos psicológicos en la persona que percibe que su talla de ropa, no está dentro de las normales.
De cualquier manera, en ambas relaciones hay un importante componente psicológico. Esto hace que sea necesario que la persona tome la decisión de buscar apoyo psicológico, para ir más allá de la reducción de peso, y manejar todos los componentes que no le permiten llevar una ingesta de alimentos adecuada.
Por supuesto, la solución en caso de necesitar bajar de peso, está en una alimentación saludable y la práctica de ejercicio regular. Es recomendable buscar la ayuda de un nutricionista, que indicará los alimentos que debe ingerir, así como las cantidades, para conseguir llegar a su peso ideal.
Clínicas Origen, especialistas en Psicología y Psiquiatría
Clínicas Origen en Masquemedicos