.Las futuras madres saben sobradamente lo que hacer para tener un buen embarazo: Descansar, ejercicio moderado, estar mentalmente tranquilas, comer sano, no fumar, no beber… Son las claves más conocidas para un feliz embarazo, pero, ¿son perjudiciales los tratamientos estéticos como el botox en el embarazo?
Me he puesto botox y estoy embarazada
A pesar de la falta de investigación médica al respecto, existe un consenso generalizado entre los especialistas a la hora de desaconsejar el uso del botox durante el embarazo.
Botox y embarazo: ¿hay estudios?
La base que lleva a desaconsejarla es puro y simple sentido común. Tengamos en cuenta que, si nos atenemos a las circunstancias, la aplicación del botox no está justificada desde un enfoque médico.
Por lo general, los especialistas se basan en la premisa general de desaconsejar tratamientos o intervenciones cuyos posibles riesgos no sean necesarios. En este caso, lógicamente, no existe ninguna justificación médica que lo aconseje y, por contra, son muchas las incógnitas que existen con respecto a sus efectos.
La falta de estudios, por otra parte, está relacionada con el hecho de que en muchas ocasiones los estudios deben realizarse en las mujeres embarazadas. Por tanto, hacerlo sería correr riesgos para la madre y el bebé sin necesidad alguna.
Normalmente, el estudio de fármacos durante el embarazo solo suele realizarse para dilucidar cuestiones de peso, que permitan salvar vidas o ayudar a solucionar problemas de salud que no puedan evitarse fácilmente.
Botox y embarazo, ¿sí o no?
La respuesta, por lo tanto, es clara. Sin poder afirmar que el botox no sea seguro, los expertos lo desaconsejan de forma clara y taxativa, tanto a las embarazadas como a las mujeres que estén buscando concebir.
Es decir, aunque se suela afirmar que el botox no produce alergias, enfermedades ni otros efectos indeseables, esta supuesta seguridad no es del todo cierta y tampoco está probada en el caso de la concepción y desarrollo del feto.
En realidad, el botox sí tiene efectos secundarios que varían en función del paciente y del lugar donde se apliquen. Tanto en el caso de aplicarse en la cara, dentro del campo de la estética, como para su posible aplicación clínica, en cuyo caso recomendarlo o no sería más complicado y requiere del estudio de cada paciente. Y, por último, en ambos supuestos la aplicación errónea conllevaría molestias y distintos problemas de salud.
Por qué no es necesario ni conveniente usar botox en el embarazo
Aun desaconsejándose, es obvio que no siempre se siguen estas orientaciones. Al margen de cuál sea el motivo que lleve a aplicarlo o a plantearse hacerlo, -el desconocimiento, una decisión irreflexiva o un embarazo accidental, pongamos por caso-, es importante conocer los efectos del botox antes, durante y después del embarazo.
Los especialistas aconsejan a las mujeres embarazadas que estén valorando aplicarse botox considerar aspectos que habitualmente pasan desapercibidos. Entre otros, los cambios hormonales y el aumento del flujo sanguíneo que se producen durante el embarazo provocan un efecto similar al del botox. Es la razón por la que la aplicación del botox muy probablemente va a pasar desapercibida.
A su vez, el embarazo puede provocar cambios imprevisibles a nivel físico una vez dado a luz. Por ello siempre es más sensato esperar antes de tomar decisiones a nivel estético.
Me puse botox sin saber que estaba embarazada…
En caso de un embarazo inesperado durante el tratamiento de botox, éste debe interrumpirse de inmediato. Y, por supuesto, no llevar a cabo ninguna aplicación de este compuesto durante la gestación.
Además, tras el parto igualmente se debe esperar hasta que la madre deje de darle el pecho. Por último, si la mujer está realizando el tratamiento y se plantea concebir, antes de buscar el embarazo debe esperar un mínimo de tres meses desde la última aplicación.
Lo recomendable siempre es que asistas a la consulta de un profesional. Este te orientará y te ayudará a determinar cuáles son los tratamientos que puedes realizar sin suponer ningún riesgo.
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