Bautizada como la “pastilla de la felicidad“, el Prozac fue una revolución durante años para el tratamiento de la depresión con fármacos, sobre todo gracias a la seguridad y eficacia que ofrecía, mucho mayor frente a los que existían hasta entonces.
Como inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina, ofrece una alternativa a los pacientes que no pueden ser tratados con antidepresivos tricíclicos, siempre que se le diese un uso sujeto a prescripción médica. Hacerlo, sin embargo, fue difícil, entre otras cosas por la agresiva publicidad que se le hizo al medicamento, así como por la tentadora “felicidad” que prometía.
La píldora de la felicidad se tomaba por parte de pacientes no diagnosticados que buscaban una felicidad artificial mediante su consumo, cuando lo cierto es que el tratamiento de la depresión es mucho más complejo. Pero hace ya casi medio siglo que salió al mercado y si bien en los noventa fue un superventas de la industria farmacéutica por su uso médico y no médico, ahora se encuadra fundamentalmente como antidepresivo de primera línea.
Qué es el Prozac y cómo actúa
El Prozac es el primer nombre comercial de un principio activo denominado Fluoxetina, que a su vez pertenece al grupo de los medicamentos antidepresivos y en su momento supuso una gran innovación.
Desde su primera comercialización hace más de dos décadas en los Estados Unidos por Eli Lilly, la compañía que lo desarrolló, actualmente no tiene patente y se produce en todo el mundo como genérico.
¿Pero, cómo funciona? Como inhibidor, impide la recaptación de un neurotransmisor llamado serotonina en la neurona presináptica, regulando sus niveles y provocando un aumento en sus concentraciones. Gracias a ello el cerebro consigue mantener un equilibrio mental que resulta confortante, con un cierto efecto ansiólitico.
Es así como transmite una sensación de bienestar y felicidad que resulta efectivo para el tratamiento de la depresión, ataques de pánico o del trastorno obsesivo compulsivo, trastorno de la personalidad o el déficit de atención, entre otros desórdenes. Asimismo, se utiliza para tratar algunos tipos de migrañas, bulimia y como farmacoterapia para la deshabituación alcohólica.
Los efectos secundarios del Prozac
La prescripción de antidepresivos tiene en cuenta los efectos secundarios potenciales, así como una monitorización del paciente que debe seguirse de una supervisión regular durante el tratamiento. Si bien en menores la prescripción de antidepresivos suele evitarse, recurriéndose a ellos solo en casos difíciles, lo cierto es que cuando se considera adecuado prescribir suele resultar beneficioso.
Esos efectos secundarios del Prozac, como hemos apuntado, son menores que los de los antidepresivos tríciclos, entre los que se incluyen temblores, estreñimiento, hipotensión, arritmias o sequedad en la boca, debilidad, pérdida de apetito, pérdida de peso, anorgasmia, sudoración excesiva, dolor de garganta, fiebre, urticaria, inflamación de distintas partes blandas, como la cara, lengua, labios o los ojos, así como ver alucinaciones, tener convulsiones o dolor articular.
En efecto, el Prozac tiene menos efectos secundarios y contraindicaciones, si bien éstos pueden adoptar muy distintas formas y algunos ser graves, por lo que hay que estar atentos ya que además a cada persona le puede afectar de un modo distinto.
Dentro de las precauciones de uso se encuentra el grupo de personas con anomalías cardiovasculares, como las arritmias ventriculares, así como los niños y adolescentes menores de 18 años, pues estudios clínicos han observado un empeoramiento de las reacciones, con un mayor riesgo de intentos de suicidio y pensamientos suicidas, entre otros efectos adversos.
Durante el tratamiento de antidepresivos también se ha observado un riesgo potencial de convulsiones, por lo que hay que tener precaución con pacientes epilépticos. Igualmente, se desaconseja o se recomienda una dosis más baja en pacientes con insuficiencia hepática o renal y diabéticos, pues también afecta a la glucosa en sangre.
Por supuesto es un medicamento que en ningún caso debe ser tomado sin una prescripción médica. Para determinara el tratamiento más adecuado para cada problema o trastorno, lo correcto es acudir a un especialista en Psiquiatría.
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Ver comentarios (3)
el prozac, la gente se cree dios, ya no lo utilizan para salir de una depresion, lo utilizan para humillar a los demas crellendose dios
Porque dices eso? En que te basas tu?
Humillar?? Una depresión mayor no es una situación en la que el que la sufre sea capaz de humillar a nadie. no banalices situaciones muy graves de personas en situaciones desesperantes para ellas y para sus allegados