Tendemos a asociar la ansiedad con algo negativo. Sin embargo, esta es la respuesta psicofisiológica de nuestro organismo ante el peligro. Tiene una función adaptativa, y nos ayuda a reaccionar rápidamente cuando nos sentimos amenazados. La ansiedad, por ejemplo, nos hace frenar ante un accidente, defendernos de algo que nos hará daño, proteger a nuestros hijos del peligro. Ante estas y otras situaciones, la ansiedad es nuestra aliada, nos ayuda a mantenernos a salvo. Pero muchas veces sufrimos ansiedad en situaciones que, objetivamente, no son peligrosas. Esto se debe a nuestros pensamientos
Para que aparezca la ansiedad ante una situación tiene que identificarse esta como peligrosa. Piensa en ese día en el que tuviste que presentar un proyecto ante decenas de personas, o cuando te enfrentabas a los exámenes en tu etapa estudiantil, y tu mente te jugaba una mala pasada haciéndote pensar que lo harías mal, que se reirían de ti, que olvidarías todo. Estos pensamientos hacen que veas la situación como una amenaza, y tu sistema de la ansiedad se dispara, porque estas diciéndole que te encuentras en peligro.
Esta ansiedad, a diferencia de la ansiedad adaptativa, de la que hablábamos al comienzo, no sólo no nos pone a salvo del peligro, sino que no nos ayuda a enfrentarnos a la situación. Esto puede acabar convirtiéndose en un problema, generando inseguridad y miedo ante futuras situaciones similares.
Interpretamos como peligrosas, situaciones que no lo son y nuestro sistema nervioso se activa, provocando sensaciones desagradables.
En estos casos hablamos de ansiedad desadaptativa, ya que no nos ayuda a protegernos ante un peligro real. La ansiedad no es nuestra enemiga, es una respuesta muy útil de nuestro organismo. El problema aparece cuando esta es desadaptativa, y esto tiene que ver con la forma en la que interpretamos las experiencias de la vida.
Factores que provocan que el mecanismo adaptativo de la ansiedad, deje de serlo
Factores que predisponen la aparición de la ansiedad desadaptativa:
- Factores biológicos, algunos de ellos son genéticos.
- Factores de la personalidad, estilo de vida y patrones para enfrentarse al estrés.
- Factores ambientales. Aprendizaje, contextos sociales, apoyos del entorno.
Factores activadores de la ansiedad desadaptativa:
- Situaciones vividas que desbordan nuestros recursos.
- Acontecimientos vitales que exigen hacer un mayor esfuerzo adaptativo y que pueden tener consecuencias graves.
- Obstáculos para alcanzar metas, o que limitan nuestras capacidades para lograrlas o mantenerlas.
- Consumo de drogas y/o estimulantes.
Factores ligados a la gestión de la ansiedad:
- Miedo a sentir miedo.
- Pérdida de facultades por la propia ansiedad, que hacen más difícil enfrentarse a los problemas.
- Soluciones que al intentarlas resultan contraproducentes.
- Convertir en un problema situaciones que en principio, no son conflictivas. Todo a causa de la propia ansiedad.
- Afrontar de forma errónea o insuficiente los problemas que originan la ansiedad.
- Establecer mecanismos fóbicos.
Cuando estos factores se combinan durante un periodo de tiempo, se produce la ansiedad desadaptativa.
¿Por qué es importante buscar tratamiento para la ansiedad?
Si los trastornos de ansiedad no son tratados por profesionales de la psicología, pueden tener consecuencias graves. Por ejemplo, algunas personas sufren ataques de pánico recurrentes, y evitan ponerse en situaciones que podrían derivar en un ataque de ansiedad.
Una conducta evasiva puede ocasionar problemas cuando está en conflicto con requisitos laborales, obligaciones familiares y otras situaciones y actividades del día a día.
Muchas personas que sufren trastornos de ansiedad y no son tratados por un profesional, son propensas a padecer otros trastornos psicológicos, como la depresión, y tienen una mayor tendencia al consumo excesivo de alcohol y drogas. Además tiene efectos en las relaciones familiares, con amigos y compañeros de trabajo, pueden convertirse en personas muy tirantes y su desempeño laboral decae.
Es conveniente acudir a un profesional ante los problemas de ansiedad, antes de que desemboquen en consecuencias graves, y así poder tomar el control sobre las situaciones que la producen.
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