Infiltración de toxina botulínica para tratar la migraña crónica

Estudios de la Sociedad Española de Neurologiá indican que el 80% de los pacientes que sufren migraña crónica, y son tratados durante un año con toxina botulínica, presentan una reducción del 50% del número de días que sufren dolores de cabeza cada mes.

La migraña afecta a un 12% de la población, y se presenta de forma más frecuente en las mujeres. Es el tipo de cefalea más frecuente, y el más común en las personas que se encuentran entre los 30 y lo 39 años de edad.

En qué consiste el tratamiento de la migraña con toxina botulínica

La toxina botulínica se inyecta de forma subcutánea o intramuscular, en unos puntos específicos de la cabeza.

• Se hacen los pinchazos en 31 puntos, aunque en algunos casos este número es mayor. Los puntos se localizan en la frente, las sienes, las zonas retroauricular y occipital, y en el trapecio.
• El tratamiento debe ser realizado por un neurólogo.
• Las inyecciones se colocan generalmente cada 3 meses.
• En algunos pacientes, además de la toxina botulínica, es necesario mantener el uso de otros fármacos.

Es un tratamiento a largo plazo que puede llegar a durar hasta 5 años. El efecto se mantiene en el tiempo, por lo que son muy pocos los casos de pacientes que después del segundo año dejan de responder al tratamiento.

En qué casos está indicado este tratamiento para la migraña

El tratamiento de infiltración de toxina botulínica está indicado en pacientes con migraña crónica que manifiestes las siguientes características:

• Presentan cefaleas más de 15 días cada mes. De las cuales al menos la mitad sean crisis migrañosas.
• Llevan padeciendo este cuadro durante al menos 3 meses.

Se suele recurrir a este tratamiento cuando el paciente ya ha probado sin éxito, diversos tratamientos preventivos.

Eficacia del tratamiento de la migraña con toxina botulínica

Este tratamiento comenzó a aplicarse hace más de 10 años en distintos tipos de dolor, sin lograr en un inicio resultados muy esperanzadores en las cefaleas.

Posteriormente se han realizado otros estudios en los que las inyecciones de toxina botulínica han provocado una gran mejoría en los pacientes con un alto número de crisis migrañosas cada mes, así como en aquellos que padecen migraña crónica.

Aun no se ha definido con claridad el mecanismo por el que la toxina botulínica produce mejoras en las cefaleas, aunque es posible que tenga un efecto multifactorial, ya que tiene una importante acción sobre las terminaciones nerviosas sensitivas, y a si vez provoca relajación en la musculatura craneal y cervical.

Los estudios realizados muestran una mejora hasta en dos terceras partes de los pacientes tratados.

Efectos secundarios del tratamiento

Después de la infiltración pueden aparecer efectos secundarios, estos suelen manifestarse en las siguientes 24-72 horas.

Según indica la SEN, el porcentaje de pacientes que presentan efectos adversos tras la primera dosis de toxina botulínica para tratar la migraña, es solo de una 12%.

Después de un año de tratamiento, un 95% de los pacientes no manifestaron efectos secundarios. Así, los expertos indican que una exposición continua a la toxina botulínica mejora la tolerabilidad del paciente a la misma.

Los efectos secundarios más habituales son:

• Dolor de cabeza, que se produce porque las inyecciones se realizan en puntos muy sensibles.
• Pueden producirse ciertos efectos estéticos, como por ejemplo, asimetría de las cejas. Esto se debe a que la musculatura de la frente se relaja.
• Las infiltraciones en el trapecio pueden provocar debilidad en el cuello.

Los efectos secundarios del empleo de toxina botulínica para el tratamiento de la migraña son transitorios y reversibles pocos días después.

Si sufre de migrañas y quieres saber si este tratamiento está indicado en tu caso, debes consultar a un neurólogo, quien será el encargado de determinar si las infiltraciones de toxina botulínica pueden producir efectos beneficiosos en tus problemas de cefalea.

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