Mamas tuberosas ¿Qué son? ¿Cómo solucionar el problema?

No está clara cuál es la causa de la formación de las mamas tuberosas, lo que se sabe es que vienen determinadas por factores congénitos y herencias genéticas.

En lo que sí que concuerda la comunidad científica es en que se generan debido a una constricción en la glándula mamaria, que impide que ésta se desarrolle de una manera normal. Los pechos tuberosos son más comunes de lo que se piensa, y pueden afectar a uno o a ambos pechos.

Un pecho tuberoso dota a la mama de un aspecto en forma de tubo o cono; además, la aréola como no puede crecer de forma normal suele presentarse herniada y proyectada, con forma “campaniforme”.

Aunque esta deformación de la mama no supone un riesgo para la salud, sí que afecta psicológicamente a la mujer que los padece, generando problemas de autoestima y dificultando las relaciones sociales.

Las mamas tuberosas pueden clasificar en tres grados:

  • Hablamos de mamas tuberosas de grado I cuando el pecho presenta alterado el cuadrante ínfero interno, es decir, en vez de tener una forma circular aparece como recto.
  • Una mama tuberosa de grado II tiene un polo inferior muy corto, ya que la constricción afecta a los dos cuadrantes inferiores de la glándula mamaria. En este tipo de mamas la aréola parece que sale directamente del tórax.
  • En un seno tuberoso de grado III la constricción afecta a todo el pecho dotándolo de un aspecto en forma de tubo. En este tipo de pechos la areola presenta un tamaño mucho más grande de lo normal, llegando a ocupar más de la mitad de la mama.

Las mamas tuberosas se corrigen quirúrgicamente, tratando de solventar la ausencia de volumen en uno o varios cuadrantes de la mama y disminuyendo el diámetro y la proyección de la aréola.

¿Cómo se corrigen los pechos tuberosos?

Al tratarse de una malformación fruto de un desarrollo mamario deficiente no podemos decir que haya dos casos iguales. Cada mujer es un mundo y cada pecho tuberoso debe analizarse individualmente para determinar el mejor tratamiento y la vía de abordaje más satisfactoria.

Ahora bien, hay bastantes puntos en común; por ello, podemos decir que en la mayoría de las ocasiones se realizan incisiones en la glándula mamaria con el objetivo de debilitar los anillos de constricción para, a continuación, introducir una prótesis mamaria que permita conseguir un pecho con volumen, natural y proporcionado.

Si las mamas tuberosas no presentan ni una caída ni una asimetría significativa, el implante se coloca siguiendo la vía submamaria, es decir, se realiza una discreta incisión en el surco submamario para acceder al plano donde se quiere colocar la prótesis.

Cuando la mama presenta una caída significativa o una asimetría entre los pechos más que evidente, además de la habitual herniación areolar, se realiza un abordaje periareolar, es decir, el cirujano realiza la incisión en el borde inferior de la areola, en la zona que limita con la piel mamaria, lo que permite eliminar el anillo de constricción, realizar la corrección de la protrusión areolar, diseñar un bolsillo submuscular para colocar el implante y liberar las aletas lateral y medial de la glándula para conseguir la elevación necesaria en el complejo aréola pezón.

Los implantes se suelen colocar siempre en el plano submuscular, bajo el músculo pectoral.

El tipo de prótesis recomendado es el anatómico, ya que se trata de un implante adecuado para dotar de volumen a la mama con la forma más parecida a la de un pecho normal.

La recuperación de una intervención de pechos tuberosos es muy rápida.

  • La paciente puede estar realizando una vida normal a las dos semanas de la intervención.
  • Al mes ya se podrán realizar actividades deportivas en las que no participe directamente el tren superior.
  • Será a partir del tercer mes cuando la paciente tendrá ya libertad absoluta para realizar cualquier tipo de ejercicio o esfuerzo físico.

Dr. Moltó, especialista en cirugía de mamas tuberosas
Dr. Moltó en Masquemedicos

Categorías: Cirugía plástica
Dr. Roberto Moltó García: