Cirugía general

¿La incontinencia fecal tiene solución?

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La incontinencia fecal es la incapacidad para controlar los movimientos intestinales, lo que provoca la pérdida involuntaria de heces. Esta condición puede variar en gravedad, desde una leve dificultad para contener gases hasta la pérdida total del control sobre las heces líquidas o sólidas. Las causas pueden ser diversas: daño en los músculos o nervios del recto, condiciones médicas como la diabetes, cirugía pélvica previa o incluso complicaciones del parto.

La incontinencia fecal es una condición que, aunque puede ser difícil de hablar, afecta a muchas personas en todo el mundo. Se estima que pueden padecerla en torno al 2% en población general y hasta un 25% en ancianos. Afortunadamente, existen varias opciones para su diagnóstico y tratamiento que pueden mejorar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen. 

Diagnóstico de la incontinencia fecal

El diagnóstico de la incontinencia fecal es esencial para determinar la causa subyacente y elegir el tratamiento más adecuado. Se lleva a cabo mediante varias pruebas que evalúan la función muscular, nerviosa y anatómica del recto y el esfínter anal.

Pruebas diagnósticas

  1. Anamnesis: es el proceso de exploración que recopila información relevante del paciente a través de preguntas y permite completar su historia clínica. En este caso para conocer los antecedentes de patologías relacionadas y los episodios de urgencia e incontinencia fecal, indicando su frecuencia y características).
  2. Ecografía anal tridimensional: esta técnica permite visualizar en detalle la estructura de los músculos del esfínter anal y las áreas circundantes. Es útil para detectar daños musculares, que suelen ser la causa en casos de incontinencia tras el parto o intervenciones quirúrgicas.
  3. Manometría anal: consiste en la medición de la presión dentro del canal anal para evaluar la fuerza de los músculos del esfínter. Esta prueba es clave para identificar debilidad muscular o problemas en la coordinación de los músculos responsables de la continencia.

Tratamiento de la incontinencia fecal

El tratamiento de la incontinencia fecal depende de su causa y gravedad. Existen tanto medidas conservadoras como opciones más avanzadas e invasivas para los casos severos.

1. Medidas conservadoras básicas y dietéticas

  • Modificaciones en la dieta: un primer paso es ajustar la alimentación, aumentando el consumo de fibra para regularizar las evacuaciones. Reducir alimentos irritantes, como los picantes o las grasas, también puede ser útil.
  • Control del horario de evacuación: entrenar al intestino para evacuar en horarios específicos puede ayudar a evitar accidentes.

2. Tratamiento farmacológico

  • Antidiarreicos: medicamentos antidiarreicos, como la loperamida, la codeína y el difenoxilato con atropina, son la base del tratamiento para controlar la diarrea.
  • Enemas y supositorios de glicerina y bisacodil son beneficiosos para quienes tienen incontinencia pasiva o manchado debido a una evacuación incompleta. Estos se usan para vaciar completamente el recto. 
  • Medicamentos antiflatulentos, como la dimeticona o la lactasa (que ayuda a digerir los carbohidratos), pueden prevenir la fuga de gases al reducir su formación.

3. Biofeedback

El biofeedback es una técnica de rehabilitación que ayuda a las personas a mejorar el control de los músculos del suelo pélvico. A través de sensores que monitorean la actividad muscular, el paciente puede aprender a fortalecer los músculos que contribuyen a la continencia.

4. Terapias mínimamente invasivas

  • Inyección de sustancias aumentadoras de volumen: consiste en la inyección de materiales especiales alrededor del esfínter anal para aumentar su volumen y mejorar su función de sellado. Esta técnica es eficaz para algunos casos de incontinencia moderada.
  • Neuroestimulación percutánea y estimulación eléctrica: se utilizan corrientes eléctricas leves para estimular los nervios que controlan los músculos del suelo pélvico. Esta terapia ayuda a mejorar la función muscular y nerviosa, con resultados prometedores en pacientes con incontinencia moderada.
  • Terapia con células madre: aunque aún se encuentra en estudio, la terapia con células madre muestra un gran potencial para regenerar los músculos y tejidos dañados del esfínter anal.

5. Tratamiento invasivo: cirugía

En los casos más graves o cuando otros tratamientos no han sido efectivos, la cirugía puede ser la mejor opción. Algunas de las técnicas quirúrgicas incluyen:

  • Esfinteroplastia: reparación del esfínter dañado.
  • Colostomía: en casos muy graves, se puede crear una abertura en el abdomen para desviar el flujo de heces a una bolsa externa.

La incontinencia fecal, aunque puede ser un problema difícil de manejar, tiene solución. Con un diagnóstico adecuado y un tratamiento personalizado que puede ir desde cambios en el estilo de vida hasta intervenciones quirúrgicas avanzadas, la mayoría de las personas pueden recuperar el control y mejorar significativamente su calidad de vida. Si crees que puedes estar experimentando síntomas de incontinencia fecal, lo mejor es consultar con un proctólogo para obtener una evaluación y explorar las opciones de tratamiento más adecuadas para ti.

Dr. Fernando de la Portilla, proctólogo en Sevilla

Dr. Fernando de la Portilla
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