Decimos que un pecho es asimétrico, desigual o que presenta asimetría mamaria cuando existe una diferencia de forma, tamaño o posición entre las mamas. Médicamente diríamos que el pecho presenta anisomastia.
La mayoría de las mujeres presentan estas ligeras diferencias entre sus dos pechos. Estas variaciones no suelen ser motivo de preocupación médica y se consideran normales. Ahora bien, en función del grado de variación pueden afectar psicológicamente a la paciente y alterar su imagen corporal. No en vano, la corrección de los pechos asimétricos es una de las cirugías plásticas más demandadas por mujeres de entre 18 y 30 años.
¿Por qué se produce esta asimetría?
- Debido al crecimiento desigual de las mamas durante la fase puberal como consecuencia de la inadecuada respuesta de uno de los pechos al estímulo de las hormonas femeninas, lo que provoca un crecimiento anormal de la grasa y de los tejidos mamarios.
- Como consecuencia de las alteraciones en los pechos que pueden producirse tras los embarazos, ya que la recuperación del volumen de los senos tras el parto o la lactancia puede ser desigual.
- Debido a la extirpación de lesiones benignas.
- Como consecuencia del paso del tiempo y del envejecimiento y caída de los tejidos.
- Causadas por malformaciones congénitas de la mama, como pueden ser las mamas tuberosas, tubulares o en forma de tubo.
- Debido a lo que conocemos como “Síndrome de Poland”, que supone la ausencia de desarrollo del músculo pectoral y de la mama.
¿Cómo se corrige esta asimetría?
La técnica empleada y el modo de abordaje dependerá del grado de diferencia existente entre el tamaño y la forma de los pechos, del tipo de cuerpo de la paciente, de la condición y estado de su piel, de su edad… Cada mujer es un mundo, y cada caso debe tratarse de manera individualizada.
Tradicionalmente, la corrección de las asimetrías de las mamas se había solucionado, o bien, mediante un aumento de pecho, o bien, mediante la reducción de una o ambas mamas.
Con el desarrollo del lipofilling o lipotransferencia de grasa se ha abierto un nuevo abanico de posibilidades. La transferencia de grasa se ha convertido -debido a sus maravillosos resultados- en una de las formas más efectivas y naturales para mejorar la apariencia de los senos.
Resumiéndolo mucho podemos definir el lipofilling como la utilización de la grasa de la propia paciente, extraída de zonas en las que hay un exceso para mejorar el tamaño y la densidad del pecho.
Se trata de un procedimiento gradual, cuyos resultados son duraderos y naturales. La asimetría se corrige actuando sobre un pecho o sobre los dos, en función de lo decidido entre médico y paciente.
¿Cómo se realiza el lipofilling?
El lipofilling se divide en tres fases bien diferenciadas.
En primer lugar, se realiza la extracción o eliminación de la grasa de cualquier área del cuerpo que presente un exceso (abdomen, muslos, caderas, brazos, espalda…).
Para ello se emplean técnicas de liposucción especiales como la liposucción asistida por agua a presión (Body-Jet) que permite conservar las células grasas.
Tras la extracción se preparan, tratan y purifican las células de grasa mediante el filtrado y el lavado, para su posterior reinyección en el pecho.
La tasa de supervivencia de la grasa que se inyecta empleando la liposucción asistida por agua a presión (WAL) con Body-Jet, llega al 90%. El cuerpo no rechaza las células ya que provienen del propio organismo, lo que lo convierte en un material totalmente natural y seguro.
Se inyecta la grasa purificada lo más cerca posible de los vasos sanguíneos, generalmente debajo de la piel y del músculo, ya que necesita de una buena cantidad de suministro de sangre para sobrevivir.
Los injertos de grasa permiten corregir el volumen desigual de los senos y las pequeñas irregularidades. Son especialmente exitosos en casos leves de asimetría mamaria, en los que la diferencia es de una copa o menos.
Dr. Julio Terrén: especialista en lipofilling mamario
Dr. Julio Terrén en Masquemedicos
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