Pasado, presente y futuro de la otoplastia
Las orejas prominentes, también conocidas como orejas en forma de “soplillo”, son una malformación congénita. Esta se origina cuando el bebé está formándose en el útero materno. Se debe a la ausencia o deficiencia de un pliegue llamado antehelix, que provoca que el pabellón auricular parezca plano, o también pueden producirse por un exceso de la concha -la zona cóncava que va desde el pabellón hasta el conducto auditivo externo- que provoca que la oreja luzca despegada. La cirugía de las orejas tiene como objetivo modificar, de manera rápida, la estructura y/o la posición de las orejas.
Primeras referencias sobre la otoplastia
La otoplastia, coloquialmente conocida como cirugía del oído, tiene sus orígenes en la antigua India, más concretamente en el siglo V antes de Cristo. El médico y cirujano indio Sushruta describió en el compendio médico Sushruta Samhita, el uso de colgajos locales para corregir, reparar y reconstruir orejas, narices, labios y genitales que habían sido amputados como castigo a criminales, religiosos y militares. Las antiguas técnicas y los conocimientos médicos descritos en el Sushruta Samhita fueron utilizados en Asia hasta finales del siglo XVIII.
En 1845, el médico y cirujano alemán Johann Friedrich Dieffenbach (1794-1847) publicó Die Chirurgie Operativo (Cirugía Operativa), que se convirtió en un libro de referencia para el mundo de la cirugía plástica. En Die Chirurgie Operativo, Friedrich describe la corrección de una deformidad auricular postraumática. Pero no fue hasta 1881 cuando Edward Talbot Ely publica la primera otoplastia estética con resultados positivos. La técnica descrita reducía la prominencia de la oreja mediante una escisión de cartílago y piel de la cavidad de la concha.
Otoplastia en el Siglo XX
Hippolyte Morestin (1869-1919), considerado como uno de los padres de la cirugía estética y maxilofacial en el mundo -que llegó a contar con Al Capone entre sus clientes- indicó que para corregir cualquier clase de malformación en las orejas bastaba con remodelar el cartílago que les da forma. Para conseguirlo había que realizar una incisión detrás de las oreja, eliminando el exceso de piel. Después se procedía tallar el cartílago mediante pequeños cortes superficiales hasta conseguir la forma deseada. Las cicatrices se disimulaban en la parte posterior de la oreja.
En 1910, Luckett describió que la causa de las orejas en forma de soplillo se debía a la ausencia de antehélix. Converse perfeccionó en 1956 el modelado del antehélix, realizando incisiones craneocaudales en el cartílago y adelgazamiento del mismo siguiendo el recorrido que se supone que debería llevar el antehélix. Una de las técnicas más ingeniosas fue la diseñada en 1962 por Ivo Hélcio Jardim de Campos Pitanguy, cirujano plástico, profesor y escritor brasileño. Pintaguay fue uno de los cirujanos plásticos más famosos del mundo, que falleció el pasado mes de agosto. Realizaba una incisión en el cartílago en forma elíptica -denominada técnica en isla– para quebrar la rigidez del cartílago, y al mismo tiempo creaba el antihelix ausente mediante la proyección de la isla, que permanece unida anteriormente a la piel.
En los 70 destaca la técnica Mustarde, un tratamiento mínimamente invasivo que tenía como objetivo modificar el ángulo de proyección existente entre el pabellón auricular y la cabeza, manteniendo el cartílago intacto.
Tras este breve repaso histórico podemos concluir que todas las técnicas destinadas a corregir las orejas persiguen un objetivo común: corregir deformidades o mejorar la forma, el tamaño o la posición de las orejas; ya sea con fines puramente estéticos o para restaurar la forma de la oreja tras accidentes o lesiones (cirugía reconstructiva).
Los cirujanos plásticos no deben adoptar una única técnica para todos sus pacientes. Se debe analizar en profundidad cada caso. Modificando las distintas técnicas según las necesidades individuales, para conseguir el resultado deseado.
Nuevos avances en el sector de la cirugía de orejas: Earfold
En los últimos años el sector de la cirugía plástica se ha ido encaminando hacia tratamientos poco invasivos. Los pacientes apuestan, cada vez más, por intervenciones sencillas que les posibiliten conseguir sus metas sin largos procesos posoperatorios. Fruto de esta corriente nace el dispositivo Earfold.
Earfold es un tratamiento revolucionario mínimamente invasivo que sirve para corregir las orejas en forma de soplillo u orejas prominentes de forma rápida (menos de 20 minutos) y permanente. Tras seleccionar la posición de las orejas que se desea conseguir, a partir de unos simuladores previos (preFold) , el cirujano coloca bajo la piel de la oreja, a través de una pequeña incisión de menos de 1 cm, un implante de metal realizado con una aleación de titanio y níquel (recubierta de oro de 24 quilates totalmente biocompatible).
Una vez que la pieza se ha insertado, el cartílago cede ante la fuerza del implante doblándose y reajustándose a la forma preestablecida.
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