Beneficios psicológicos de la terapia con caballos
La terapia asistida con caballos, no es una terapia mágica ni mejor que otras terapias, simplemente es una terapia complementaria que sigue los mismos pasos que cualquier otra terapia (evaluación, planificación de objetivos, seguimiento, etc) con la diferencia de que se colabora con el caballo como recurso facilitador y motivador dentro de un entorno natural.
Para que sea efectiva, es imprescindible contar con un buen equipo interdisciplinar que consta de un buen técnico del caballo (persona responsable del caballo antes, durante y después de la sesión, y que está formada en el manejo y bienestar del mismo), uno o varios terapeutas dependiendo de la necesidad del usuario/a y un caballo entrenado para las posibles demandas de los terapeutas. No es sencillo encontrar un equipo que cumpla todas estos requisitos, ya que la formación es muy específica y requiere una dedicación muy elevada en la cohesión del equipo como en la preparación de todos los caballos que forman parte del mismo.
¿Cuándo empiezas a realizar esta terapia con caballos?
Desde mi infancia, hace ya más de 25 años, he crecido rodeada de caballos y mi formación ha sido continua desde entonces. Fue en el año 2009, donde conocí la posibilidad de poder recurrir a mis conocimientos ecuestres, y decidí postgraduarme en Girona en Terapias Asistidas con Caballos, ya que en ese momento ya era Licenciada en Psicología y a su vez cursaba un máster en Práctica Clínica. La combinación era muy completa para mi formación.
Tras 6 años de dedicación, también decidí obtener el título de Grado Medio en Equitación (antiguo Técnico I), para poder ofrecer clases de mejor calidad a personas con necesidades especiales. El objetivo de dichas clases está relacionado con el aprendizaje de la equitación como tal, y no sólo objetivos terapéuticos (equitación adaptada). A día de hoy, 8 años más tarde, soy plenamente consciente de las posibilidades que me ofrecen los caballos en determinadas intervenciones.
¿En qué tipo de trastornos es efectiva esta terapia?
Los casos con los que más he trabajado en mi desempeño profesional han sido: trastorno general del desarrollo (Autismo, Síndrome de Rett, Asperger), discapacidad intelectual, trastorno por déficit de atención con/sin hiperactividad, trastornos específicos del aprendizaje, problemas de conducta en la infancia, trastornos psicóticos, trastornos depresivos, trastornos de ansiedad, parálisis cerebral y traumatismos craneoencefálicos. Es importante tener en cuenta que en los casos donde hay una afectación física, debemos delegar en un profesional de dicha área (fisioterapeuta y/o terapeuta ocupacional) separando los objetivos de trabajo por áreas.
¿Cómo se plantea? ¿Se determina un número de sesiones?
Los beneficios no se observan de forma inminente en una sesión, por lo que se requiere un trabajo continuado, pautado y con una progresión. En ocasiones, vienen padres y preguntan, “¿cuándo veré mejoras?”, y la respuesta siempre es la misma: “no le puedo dar una respuesta porque cada persona es diferente y hay que respetar los ritmos de aprendizaje”.
Sí que es cierto, que para este tipo de intervenciones se requiere un compromiso por parte de las familias. Yo aconsejo trabajar por trimestres, una vez a la semana. Al final de cada trimestre ofrecemos un informe a las familias para que conozcan los objetivos que hemos estado trabajando y la valoración. Si cualquier familia tiene dudas, siempre estamos abiertos a mantener una entrevista para explicar las posibles dudas y ayudarles en la generalización de los objetivos que estamos trabajando a otros contextos.
¿Cuáles son los beneficios que ofrece la terapia con caballos?
Como cualquier terapia, los beneficios son muchos si el trabajo está bien hecho. A nivel físico y de forma transversal mientras se están trabajando objetivos cognitivos, emocionales y sociales, el movimiento del caballo produce en el cuerpo del que monta una reacciones de equilibrio que tonifican la musculatura abdominal y dorsal, producen un enderezamiento del tronco hasta la zona cervical, favorecen la estimulación propioceptiva y vestibular, dependiendo del caballo que elijamos puede relajar o activar la musculatura, etc.
Por otro lado, y centrándonos en la rama de la Psicología, a través del juego con el caballo, favorecemos el trabajo de distintos objetivos terapéuticos (aumentar los períodos de atención, estimular la memoria, favorecer el desarrollo de la autoestima, mejorar el conocimiento del esquema corporal, mejorar la tolerancia a la frustración, mejorar la comunicación interpersonal, etc) con la ventaja de que durante este trabajo, la persona no se siente juzgada por el animal. Por otro lado, otro de los aspectos en los que enfatizamos nuestro trabajo es el cambio de rol. El usuario/a pasa de ser cuidado constantemente, para desempeñar el rol de cuidador de su caballo. Adquiere el concepto de responsabilización. Todos estos aspectos, junto con la necesidad de que se establezca un buen vínculo entre terapeuta y usuario/a, hacen que dicha terapia pueda convertirse en un éxito.
¿Está recomendada para todas las edades?
Por supuesto. La mayoría de las personas tienen la imagen de un niño realizando terapias con caballos, pero esta imagen no es única. Actualmente está dirigida a todas las edades siempre que se tengan caballos adecuados para asumir los distintos pesos y necesidades. Hace unos años iniciamos un proyecto con la tercera edad, creando unos nuevos retos para estas personas. Actualmente este grupo, ya es capaz de realizar ejercicios encima del caballo con total autonomía y disfrutar de un espacio terapéutico al aire libre en los que día tras día trabajan la superación personal.
Sara Colom, psicologa en Masquemedicos
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