Oftalmología

Lentes de contacto o lentillas: tipos y recomendaciones

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Las lentes de contacto o lentillas son dispositivos ópticos delgados y curvos que se colocan directamente sobre la superficie del ojo para corregir problemas de visión. Están diseñadas para cumplir la misma función que las gafas, pero ofrecen una alternativa más discreta y libre de marcos.

Tipos de lentes de contacto

Existen diversos tipos de lentes de contacto, y la elección entre ellos depende de la prescripción del profesional de la salud ocular y las necesidades individuales del usuario.

Lentes de contacto blandas

Las lentes de contacto blandas están hechas de materiales suaves, flexibles y transpirables que permiten que se ajusten cómodamente a la curvatura del ojo. Por ello se trata de la opción más común. Se pueden usar durante varias horas (más o menos dependiendo del tipo) y permiten también un uso ocasional que se puede alternar con las gafas.

  • Desechables diarias: se usan durante un día y se descartan al final del día. Están indicadas para personas que no quieren dedicarle mucho tiempo a los cuidados de las lentillas y también para deportistas.
  • Desechables quincenales o mensuales: se reemplazan cada dos semanas o cada mes, dependiendo del tipo. Son más económicas que las desechables cada día. Requieren una buena higiene cada noche con los productos adecuados.
  • Lentes de uso prolongado: diseñadas para ser usadas continuamente durante un período más largo, hasta un mes, antes de ser retiradas. Están fabricadas con una base de hidrogel de silicona con una capacidad de transpiración mucho mayor. Esto permite mantenerlas puestas incluso para dormir o ducharse.

Lentes de contacto duras o permeables al gas

Este tipo de lentes permiten un uso de seis a doce meses, pero por su rigidez requieren un tiempo de adaptación mayor. Aunque su superficie es dura y sin agua y actualmente su uso es menos común que las lentes blandas, todavía pueden ser recomendables en algunos casos:

  • Corrección de astigmatismo: las lentes de contacto duras pueden ser más efectivas en corregir el astigmatismo en algunos casos.
  • Irregularidades corneales: en casos de irregularidades corneales, como el queratocono, las lentes de contacto duras pueden ofrecer una corrección más precisa y personalizada.
  • Requerimientos de higiene y mantenimiento: algunas personas pueden preferir las lentes de contacto duras debido a su durabilidad y la facilidad de mantenimiento. Estas lentes suelen requerir menos cuidado diario y tienen una vida útil más larga que las lentes de contacto blandas.

Recomendaciones y cuidados de las lentes de contacto

El cuidado adecuado de las lentes de contacto es esencial para mantener la salud ocular. Aquí indicamos algunas recomendaciones y cuidados generales para las lentes de contacto, aunque es importante seguir las indicaciones específicas de tu oftalmólogo:

  • Lavado de manos: lávate siempre las manos con agua y jabón antes de tocar las lentes de contacto. Sécatelas con una toalla limpia y sin pelusa.
  • Utiliza soluciones recomendadas: usa las soluciones de limpieza y almacenamiento recomendadas por tu profesional de la salud ocular. No uses agua del grifo ni saliva para limpiar las lentes.
  • Limpieza diaria: limpia y desinfecta las lentes de contacto todos los días, incluso si son lentes de contacto desechables (salvo las de uso prolongado).
  •  No duermas con las lentes: evita dormir con las lentes de contacto a menos que sean específicamente diseñadas para uso prolongado o de noche. Dormir con las lentes puede aumentar el riesgo de infecciones oculares.
  • Reemplazo según indicaciones: sigue las pautas de reemplazo indicadas. No uses las lentillas más allá de su vida útil establecida.
  • No compartas tus lentes: parece una obviedad, pero evita compartir tus lentes de contacto con otras personas, ya que esto puede transmitir gérmenes y aumentar el riesgo de infecciones oculares.
  • Retira las lentes antes de nadar: quítate las lentes de contacto antes de sumergirte en la piscina o la playa para evitar la contaminación del agua y reducir el riesgo de infecciones.
  • Protección ocular adicional: usa gafas de sol o gafas de protección cuando estés expuesto a condiciones adversas, como viento fuerte, polvo o productos químicos.
  • Programa de revisiones regulares: acude a revisiones regulares con tu oftalmólogo/a para evaluar la salud ocular y ajustar la prescripción si fuera necesario.
  • Guarda las lentes adecuadamente: almacena las lentes en su estuche, lleno con la solución recomendada, cuando no las estés utilizando. Asegúrate de mantener el estuche limpio y reemplázalo periódicamente.
  • Atención a la sequedad ocular: si experimentas sequedad ocular, usa lágrimas artificiales recomendadas para mantener la correcta hidratación de los ojos.

Recuerda que la adaptación y el uso adecuado de las lentes de contacto requieren seguir cuidadosamente las instrucciones proporcionadas por tu oftalmólogo/a. Si experimentas molestias, enrojecimiento, visión borrosa u otros problemas oculares, consúltalo de inmediato.

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