El verano implica temperaturas elevadas, mayor exposición solar, humedad, sudoración y actividades que pueden dificultar el postoperatorio, como ir a la playa, nadar o hacer ejercicio. Estos factores pueden interferir con el proceso de cicatrización, aumentar el riesgo de infecciones y comprometer el resultado final de la cirugía.
Además, muchas intervenciones requieren el uso de fajas compresivas, vendajes o prendas postoperatorias, que pueden resultar incómodas en climas calurosos y favorecer irritaciones o incluso dermatitis. Por estas razones, es importante conocer qué procedimientos conviene posponer hasta que termine la temporada estival.
Cirugías que no son recomendables en verano
1. Liposucción y lipoescultura
¿Por qué evitarla en verano?
Aunque es una de las intervenciones más solicitadas, la liposucción implica el uso de fajas de compresión durante al menos 4 a 6 semanas. Estas prendas, indispensables para evitar inflamación excesiva y mejorar los resultados estéticos, pueden ser especialmente incómodas en climas calurosos. Además, la sudoración incrementa el riesgo de infecciones cutáneas.
¿Cuándo es mejor realizarla?
Otoño o invierno son las estaciones ideales, ya que el uso de prendas compresivas es más tolerable y se puede mantener el reposo adecuado sin la tentación de actividades veraniegas.
2. Cirugía de aumento o reducción de mamas
¿Por qué evitarla en verano?
Además del uso de sujetadores especiales postoperatorios, este tipo de cirugía requiere evitar la exposición solar directa sobre la zona tratada durante varias semanas. El calor puede agravar la inflamación y hacer más incómodo el proceso de recuperación.
¿Cuándo es mejor realizarla?
A partir de septiembre u octubre, cuando las temperaturas comienzan a descender y es más fácil seguir las indicaciones postoperatorias sin el estrés térmico del verano.
3. Abdominoplastia
¿Por qué evitarla en verano?
La abdominoplastia es una cirugía mayor que implica un período de recuperación prolongado y el uso de prendas de compresión. También conlleva una cicatriz significativa que no debe exponerse al sol, ya que esto podría provocar hiperpigmentación y cicatrización anómala.
¿Cuándo es mejor realizarla?
Entre finales de otoño e invierno, ya que el clima favorece el uso de ropa postoperatoria y el reposo. Además, permite que el cuerpo esté completamente recuperado para el verano siguiente.
4. Peelings químicos profundos y tratamientos con láser
¿Por qué evitarla en verano?
Tanto los peelings como los tratamientos con láser provocan una renovación profunda de la piel, dejándola más sensible a la radiación UV. Realizarlos durante el verano aumenta considerablemente el riesgo de manchas solares, quemaduras y alteraciones en la pigmentación.
¿Cuándo es mejor realizarla?
Desde otoño hasta principios de primavera, cuando la exposición solar es menor y el proceso de regeneración cutánea puede desarrollarse sin interferencias.
5. Rinoplastia
¿Por qué evitarla en verano?
Aunque no se trata de una cirugía con grandes exigencias físicas en la recuperación, el uso de férulas o vendajes nasales puede ser incómodo en el calor. Además, el aumento de actividades al aire libre y la posibilidad de traumatismos (por ejemplo, durante deportes o viajes) hacen que no sea la mejor época para esta intervención.
¿Cuándo es mejor realizarla?
Idealmente en otoño o invierno, cuando es más fácil mantener un entorno controlado y evitar la exposición solar directa.
¿Qué procedimientos sí son aptos para el verano?
A pesar de las limitaciones del verano, hay tratamientos que sí se pueden realizar en esta época del año:
- Blefaroplastia superior
- Rellenos con ácido hialurónico
- Toxina botulínica (Botox)
- Microneedling superficial
- Mesoterapia facial o corporal
- Tratamientos hidratantes o antioxidantes para la piel
Estos procedimientos no requieren tiempo de reposo, no dejan heridas abiertas ni implican un riesgo alto con la exposición solar, por lo que son ideales para mantener un rostro fresco y rejuvenecido durante el verano.
Dr. Julio Terrén (www.drterren.com)
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