Coaching para la vida diaria
La desmotivación, la mejora de la comunicación interpersonal, una buena gestión del estrés, la toma de decisiones… son situaciones que forman parte de nuestro día a día y nos producen desgaste personal y familiar. En ocasiones, afrontarlas puede resultar complejo y provocar desestabilización y dudas sobre nuestra manera de actuar o de comportarnos ante determinados hechos.
Mejorar la calidad de vida es uno de los objetivos sobre los que trabaja el coaching, tanto aplicado al terreno profesional como al personal, de forma grupal o individual, con las empresas y con las personas, para llevar a cabo un proceso de cambio y desarrollo. Livia Álvarez, coach personal y ejecutiva, imparte estos días un taller de “Coaching para la vida diaria” en el Centro de Incubación Empresarial Milla Digital de Zaragoza, organizado por 960 Pixels. “En este momento, nuestra calidad de vida está muy resentida, sufrimos un desgaste importante tanto quienes están en el paro como quienes trabajan, que temen perder su trabajo y que tienen una presión que antes no tenían”, explica.
Un buen punto de partida es trabajar la autoestima, conocerse bien para resolver los problemas que podemos tener con los demás y aprender a aceptarse como uno es con todo lo que supone. Ante una situación de estrés, por ejemplo, se pueden tener reacciones de distinto tipo desde una actitud agresiva o pasiva, pero también desde la asertividad, respetando al otro y a uno mismo. “Cuando tomamos una actitud debemos ser consecuentes con lo que hacemos, conscientes de ello y del impacto que tiene en nuestra vida”, comenta Livia Álvarez. En nuestra personalidad tenemos todas esas maneras de comportarse, a veces actuamos a la defensiva, otras somos pasivos y también asertivos, depende del momento o de la situación, por eso en este taller de “Coaching para la vida diaria” uno de los ejercicios consiste en representar una escena adoptando un papel concreto para ver el comportamiento de cada uno en función de lo que se le asigna, “es una forma de aprender a conocerse mejor”, afirma.
Otra de las situaciones a las que nos enfrentamos es el miedo, actualmente, ocupa un lugar destacado en nuestra vida, sobre todo, por la incertidumbre. Tenemos miedo a actuar y a tomar decisiones y eso puede producir somatizaciones, “el cuerpo te recuerda que está haciendo algo con los que estás de acuerdo”. En sus talleres, Livia Álvarez propone a sus alumnos realizar “el sano ejercicio” de ver cuántas veces a la semana damos un no por respuesta, ya que tiene su importancia, “a veces hay que decir no y hacerlo sin miedo”.
El proceso de cambio y desarrollo que se puede conseguir a través de las herramientas del coaching tiene un componente de búsqueda de las soluciones en uno mismo en lugar de buscarlo en los demás, aprender a manejar las situaciones en lugar de que sean esas situaciones las que llevan las riendas de nuestra vida y a que nuestro comportamiento sea el adecuado. “En los talleres –recuerda esta profesora de coaching organizacional- suelo escuchar mucho la frase, yo soy así, y esto en realidad, a veces, tiene algo detrás y es una buena excusa para engañarnos y no tomar decisiones”.
Como tarea, Livia Álvarez recomienda a sus alumnos repasar los Derechos y Deberes de una Persona Asertiva y rinde homenaje a Virginia Satir, psicoterapeuta estadounidense, autora de “Mi declaración de autoestima” proponiendo su lectura.
Por Melania Bentué (Estrategias de Comunicación)
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