Impacto psicológico en el colectivo de ayuda humanitaria
Un día especial, hoy más que nunca, es el 19 de Agosto, día dedicado a la Asistencia Humanitaria, aquella prestada por organizaciones y personas voluntarias que se arriesgan en muchos lugares del mundo para intentar paliar los efectos de las crisis bélicas, naturales y económicas que impactan en diversos países. El Día, designado por la Asamblea General hace siete años, coincide con el aniversario del atentado contra la sede de las Naciones Unidas en Bagdad, Iraq en 2003.
Este tipo de acciones humanitarias generan un impacto en las personas que se involucran en ellas y que en muchas ocasiones no se tienen en cuenta entendiéndolos como una especie de superhéroes que trascienden a las secuelas psicológicas.
¿Qué impacto pueden tener en el equipo de ayuda humanitaria estas vivencias?.
El 85% de los intervinientes reconocen haberse enfrentado a alguna situación crítica en algún momento. Nos enfrentamos pues a reacciones emocionales en muchos casos graves que pueden interferir en la capacidad de operar en situaciones futuras o incluso durante la propia intervención.
En muchas personas se produce un estrés postraumático cuyos síntomas característicos: Rememoración del trauma (flashback), pesadillas o recuerdos instantáneos e involuntarios en cualquier momento del día, alucinaciones con la idea de que se repite el hecho traumático, ansiedad extrema al entrar en contacto con las personas, lugares o cualquier circunstancia que recuerde el trauma, sentirse psíquicamente distante, entumecido y paralizado ante cualquier experiencia emocional normal, pérdida de interesa y sensación de desesperanza, mostrar signos de hiperactividad: dificultad para dormir, irritabilidad, incapacidad para concentrarse o alarmarse con mucha facilidad.
Otra consecuencia psicológica posible es la traumatización vicaria (McCann y Pearlman, 1990) alude a la transmisión del estrés traumático mediante la exposición visual o auditiva al relato de eventos traumáticos sufridos por otro individuo y las consiguientes modificaciones/distorsiones que tienen lugar en los sistemas perceptual y de sentido del profesional. El estrés traumático secundario ocurre cuando un individuo es expuesto a situaciones extremas experimentadas directamente por otra persona y resulta desbordado a causa de la exposición secundaria al trauma. Se han postulado varias teorías pero ninguna explica de modo concluyente el mecanismo que da cuenta de la transmisión del estrés traumático de un sujeto a otro.
Otro trastorno existente en personas que han vivido situaciones críticas de emergencias y desastres humanitarios es la ansiedad generalizada o ataques de pánico y la existencia de conductas somáticas. Según diversos estudios parece ser que las mujeres presentan una mayor tendencia a somatizar que los hombres, no obstante, esta tendencia varía mucho de una cultura a otra. Pueden ser frecuentes reacciones de enfado e ira pero no se entiende como cuadro clínico sino como un resultado a la vivencia de experiencias frustrantes que generan impotencia.
Si es vital el reconocimiento de que la ayuda humanitaria es esencial, puesto que las instituciones no están dando la cobertura necesaria en muchos conflictos, y entendiendo que colaborar juntos, sea necesario o no, es importante en este mundo combativo que vivimos es necesario tener en cuenta cómo puede afectar la realidad a este colectivo y ayudar los profesionales en Psicología lo máximo posible a evitar que por ayudar y estar presente siendo responsable con el mundo, tengan que sufrir experiencias negativas posteriores. Como en otras problemáticas la atención, la formación y la prevención es la clave.
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Estas personas ya viven mal el día a día. Así que su estado psicológico se verá afectado cada vez más si no reciben la ayuda pertinente.