Psicología

La falta de deseo sexual en el hombre

Rate this post

El deseo sexual hipoactivo ha sido denominado durante muchos años la “disfunción sexual femenina”, erróneamente puesto que las mujeres también sufren otras muchas dificultades en la respuesta sexual aunque sí que parecía que la falta de deseo que parecía afectarles a ellas casi con exclusividad. En los últimos años, el número de hombres que acuden a terapia sexual preocupados por su bajo libido ha crecido exponencialmente, tanto que se iguala o por temporadas supera al de las mujeres.

¿Qué ocurre cuando un hombre no desea?

Es importante no confundir la falta de deseo con la falta de excitación. El deseo no sexual no conlleva cambios físicos, en cambio la excitación se muestra generalmente a través de la erección en el hombre y si no lo hace, quizás estemos hablando de un problema de disfunción eréctil. Ni mucho menos la causa principal de la disfunción eréctil es la falta de deseo, pero sí es cierto que sin desear muy difícil que se produzca una erección.

Culturalmente se da a entender que el hombre siempre debe estar dispuesto al sexo, una idea errónea que se alimenta desde los medios y que hace que quien no se sienta identificado tema desterrar el mito por si él es el raro o eso significa que es menos hombre, así que la creencia prevalece.

Por eso, cuando el hombre no desea su nivel de frustración puede ser muy elevado y aumenta cuando siente que no puede comentarlo con nadie. La pareja, por su parte, también suele tener arraigada la idea de que el hombre siempre debe desear, con lo cual tiende a creer que es algo personal en contra de ella y a presionar, sin querer, al otro.

Las disfunciones sexuales en el hombre están muy vinculadas a su autoestima y cualquier dificultad que afecte a deseo, erección o eyaculación les puede frustrar tremendamente y generalmente les cuesta más buscar ayuda.

Causas del deseo sexual hipoactivo en el hombre

Normalmente la falta de deseo no puede achacarse a una causa primaria, sino que hay diferentes variables que afectan al problema. En terapia se identifican todos los factores posibles y se van solucionando uno a uno, aunque muchos suelen estar interrelacionados.

En cuanto a las causas de carácter físico tendríamos:

  • La edad. A partir de los 40 años se producen menos hormonas masculinas (testosterona) y a esto acompañan factores psicológicos como la percepción de perdida de juventud, imagen corporal y preocupaciones propias de la vida adulta.
  • Enfermedades crónicas; la diabetes, la insuficiencia renal y los problemas cardiacos así como cualquier trastorno que implique fatiga o dolor influye, lógicamente, en el deseo sexual.
  • Alteraciones hormonales; déficit de testosterona e hiperprolactinemia.
  • Uso de algunos medicamentos; su efecto sobre el deseo sexual viene claramente en el prospecto, es frecuente en los antidepresivos.

Los factores psicológicos incluyen;

  • El estrés.
  • Alteraciones del estado de ánimo. Un 40% de los hombres con depresión ven afectado su deseo sexual.
  • Trastornos alimentarios.
  • Ansiedad.
  • Conflictos de pareja.
  • Excesivo culto al cuerpo, complicado además si se consumen complementos vitamínicos vigorizantes que pueden alterar la producción hormonal.

La mayoría de los hombres con este problema lo achacan a que sus parejas les hayan dejado de atraer, aunque no sean plenamente conscientes. Esto de asumir “causas inconscientes” es muy frecuente en las disfunciones sexuales pero lo cierto es que si te deja de atraer tu pareja lo sabes perfectamente. Esta puede ser una causa, aunque no es la más habitual. Por otro lado, generalmente estos hombres tampoco sienten atracción por otras mujeres, por lo tanto esta causa quedaría descartada en estos casos.

Mención aparte merece la que sí es la causa más frecuente del deseo hipoactivo en hombres. Esta es la existencia de otra disfunción sexual en él o en su pareja. Si hay dificultades en la respuesta sexual de alguno de los dos, o de ambos, el encuentro deja de ser satisfactorio para acabar siendo un momento estresante que acaba en frustración o conflicto. Lógicamente con el tiempo deja de apetecer enfrentarse a la relación sexual.

Con ayuda de la terapia sexual, la falta de deseo tiene solución. La implicación de la pareja es lo ideal, aunque no imprescindible. Lo que sí es necesario es una gran motivación para llegar a los objetivos.

Marta Ibáñez, psicóloga especialista en Terapia Sexual

Marta Ibáñez, psicóloga en Masquemedicos

Marta Ibañez
Últimas entradas de Marta Ibañez (ver todo)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *