¿La revolución digital fomenta el TDAH?
Se podría decir que las circunstancias actuales son el caldo de cultivo para que el diagnóstico del TDAH sea cada vez más frecuente.
En las últimas décadas el uso de la tecnología se ha ido extendiendo a un ritmo vertiginoso. Actualmente, en nuestra sociedad es habitual que tanto adultos como niños pasen varias horas al día utilizando el móvil, el ordenador o una videoconsola. Estos aparatos son muy estimulantes y absorben fácilmente la atención de los niños/as, y también de los que no lo son tanto. Cuando nos acostumbramos a este tipo de entretenimiento digital, que está disponible con tan sólo pulsar una pantalla que encontramos en nuestro bolsillo, generalmente las tareas que requieran un mayor esfuerzo despiertan menos interés en nosotros y nos cuesta más concentrarnos en ellas.
Muchos niños y niñas que son diagnosticados con TDAH suelen destacar en habilidades físicas y tienen preferencia por el canal cinestésico (les resulta más fácil aprender a través del movimiento y la manipulación de los objetos).
Antes de esta “revolución digital” la mayoría de niños y niñas con estas características solían divertirse jugando al aire libre, moviéndose durante varias horas cada tarde. Ahora pueden llegar a pasar varias horas sentados delante de diferentes pantallas (a veces más de una a la vez). Sin embargo, estos niños y niñas siguen necesitando el movimiento para su aprendizaje y desarrollo, y si no lo practican durante su tiempo de ocio, seguramente lo buscarán en momentos poco oportunos, por ejemplo, moviéndose inquietamente en una silla mientras tratan de estudiar.
Además, es importante tener en cuenta que los rápidos cambios tecnológicos exigen que la formación de los jóvenes sea cada vez mayor y más especializada. El currículum académico va siendo cada vez más cargado de contenidos y en muchos centros educativos la carga de las tareas para casa puede llegar a ocupar varias horas, generalmente en detrimento de la actividad física y el deporte, con las consecuencias que eso tiene.
Importancia de la actividad física en los niños con TDAH
Para paliar estos problemas propios de nuestra época tecnológica, resulta imprescindible que los niños puedan practicar algún deporte. Pero no siempre se le da la debida importancia. Ante la exigencia del currículum académico, cada vez, lamentablemente, son más frecuentes los casos de niños a los que se les borra de actividades deportivas con el objetivo de dejarles más tiempo para los estudios. Sin embargo, en cuanto al tiempo dedicado al estudio, es mucho más importante la calidad que la cantidad.
La práctica regular de algún deporte mejora los niveles de concentración de los niños/as, aumenta sus sentimientos positivos e incluso puede fomentar una sana autoestima (siempre que, en los deportes competitivos, el ganar no se convierta en una obsesión). Todo ello puede contribuir a un mayor aprovechamiento del tiempo dedicado al estudio y los deberes.
Por el contrario, cuando priorizamos la cantidad, podemos crear un círculo vicioso en el que un niño desmotivado que obtiene resultados pobres, se ve obligado a dedicarle aún más tiempo a algo que no le gusta. Eso, a su vez, le va desmotivando más aún, y sus resultados en la escuela irán cada vez a peor…
Si bien la práctica de algún deporte es necesaria para todos los niños/as, en los niños diagnosticados con TDAH, la recomendación de hacer deporte debería siempre formar parte de la intervención terapéutica. Como hemos dicho anteriormente, los niños que generalmente son diagnosticados con este trastorno, suelen tener unas grandes aptitudes físicas.
Si fomentamos el desarrollo de estas aptitudes, permitimos que se sientan más a gusto consigo mismos, que sientan que destacan en algo, que, en palabras del psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi, entren en un estado de flujo (flow), un estado en el que disfrutan de una actividad en sí misma (en vez de buscar un objetivo futuro), centrándose en el momento presente.
Por supuesto, la práctica del deporte no es la única estrategia para afrontar este tipo de dificultades, pero, sin duda, contribuye a un mayor bienestar del niño/a y un mejor funcionamiento en las diferentes facetas vitales.
María Olsanska, psicóloga en Centro Bravo de Salud Integral
Centro Bravo de Salud Integral en Masquemedicos
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