Vaginismo: Tipos y tratamientos
El vaginismo es una dificultad sexual que consiste en un espasmo involuntario del último tercio de la musculatura del área vaginal. Esta contracción impide literalmente el coito o, si lo permite, lo hace de forma parcial y dolorosa.
Las mujeres con vaginismo presentan niveles muy elevados de miedo ante la penetración vaginal por considerar que puede dañarlas o que les dolerá más allá de lo soportable. Por ello Kaplan consideró el vaginismo como una fobia.
El hecho es que este miedo intenso es la causa del espasmo doloroso y del elevado malestar psicológico que se siente ante la perspectiva de una relación sexual que incluya el coito. Este miedo no solo es la causa principal del origen del vaginismo sino también la causa de su mantenimiento a lo largo del tiempo.
En general, el vaginismo no remite por si solo y suele ser necesaria una intervención sexológica para su solución.
Tipos de vaginismo
Aproximadamente en el 90 % de los casos se trata de vaginismo primario y, por tanto, la pareja no ha podido llegar a la penetración vaginal completa y libre de dolor en ninguna ocasión. Por lo general, las parejas en esta situación suelen acudir a la consulta de un sexólogo cuando desean tener hijos o cuando la imposibilidad de realizar el coito les genera un malestar intenso y un deterioro afectivo importante en la relación.
El vaginismo secundario suele tener como causa diversas dolencias orgánicas que cursan con dolor en el coito (secuelas de intervenciones quirúrgicas, infecciones vaginales, sequedad vaginal en la menopausia…) o una crisis de pareja. La sintomatología aparece tras un periodo de relaciones sexuales en las que se ha realizado un coito sin problemas. Este tipo de vaginismo es mucho menos frecuente que el vaginismo primario.
Cuando el vaginismo ocurre en el marco de una crisis de pareja, contribuye a empeorar la situación afectiva y a agravar la crisis; por ello, es recomendable una intervención que combine la terapia sexual y la terapia de pareja ofreciendo así un tratamiento integral. En caso de tener una etiología orgánica será necesario un abordaje combinado de terapia sexual y atención por ginecólogo para solucionar la condición médica que subyace al vaginismo.
Tratamiento del vaginismo
En la actualidad, el tratamiento más eficaz para el vaginismo es la terapia sexual. Se trata de
una terapia con altos niveles de éxito que comporta un trabajo individual previo con la paciente con vaginismo seguido de un trabajo conjunto en pareja.
En esencia, en la intervención individual se abordarán los siguientes aspectos:
- Se explorarán las creencias de la mujer sobre el coito.
- Se realizarán ejercicios de Kegel para controlar la contracción de la musculatura
asociada al área vaginal. - Se pedirá a la mujer que explore sus genitales y que se masturbe para alcanzar niveles
de excitación adecuados para proceder a la penetración con un dedo, luego con dos o
bien con unos dilatadores de tamaño creciente. - Cuando la mujer sea capaz de introducir en su vagina un dilatador -o si se prefiere un vibrador
o dildo- del tamaño del pene, se pedirá al hombre su colaboración.
En esta segunda etapa el tratamiento del vaginismo comporta los siguientes pasos, que se
aplicarán de forma progresiva cuando la mujer haya alcanzado un buen nivel de tranquilidad
en cada estadio:
- El hombre realizará los mismos pasos que realizó la mujer: introducción de un dedo,
dos y los dilatadores hasta que logré introducir el dilatador del tamaño similar al del
pene estando la mujer tranquila. - Aguantará con la mano el dilatador mientras la mujer se posiciona sobre éste y lleva a
cabo la penetración a su ritmo, controlando todo el proceso. - Se realizará un coito, situándose el hombre boca arriba y la mujer encima para que ella
pueda controlar el ritmo y la profundidad de la penetración - Finalmente, el hombre llevará a cabo la penetración.
A partir de este momento la pareja se sentirá libre de integrar el coito en sus relaciones sexuales a su gusto y en función de las preferencias de ambos.
En general el vaginismo tiene un buen pronóstico. Sin embargo, es importante contemplar que la asistencia a un especialista en sexología que guíe y acompañe a la pareja es crucial para el éxito en la resolución del problema, ya que un tratamiento no consiste exclusivamente en aplicar paso a paso una técnica sino en integrar esta técnica en un marco de estrategias sexológicas eficaces y efectivas para cada caso particular.
Georgina Burgos Gil, Psicóloga especialista en Terapia de pareja y Terapia sexual
Georgina Burgos Gil, Psicóloga en Masquemedicos
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