Blanqueamiento dental en clínica, ¿es mejor?
Cuando buscamos una sonrisa más blanca y radiante, surge la duda: ¿es mejor optar por un blanqueamiento dental profesional en clínica o intentarlo en casa?
Analizamos las claves para tomar la decisión más informada.
Eficacia y resultados inmediatos
El blanqueamiento en clínica utiliza geles con alta concentración de peróxido de hidrógeno (hasta un 35%), lo que garantiza resultados visibles en una o dos sesiones. Estudios demuestran que este método puede aclarar el tono dental entre 2 y 3,4 unidades de color, dependiendo del diente. En cambio, los kits caseros tienen concentraciones más bajas de agentes blanqueadores, lo que prolonga el proceso y ofrece resultados menos uniformes.
Ventajas clave del tratamiento profesional:
- Supervisión experta: antes del blanqueamiento, el dentista evalúa la salud bucal para evitar complicaciones como sensibilidad o daño en el esmalte.
- Personalización: se ajusta la concentración del gel y el tiempo de exposición según las necesidades del paciente.
- Ambiente controlado: equipos especializados protegen encías y tejidos blandos durante el proceso.
El blanqueamiento dental en el consultorio se realiza en un entorno estéril y controlado, lo que garantiza no solo la seguridad del paciente, sino también un resultado estéticamente superior. Cada tratamiento puede personalizarse en función de las expectativas del paciente, considerando factores como el tono deseado y la armonía con los rasgos faciales. Esta personalización permite obtener un resultado más natural y atractivo. En contraste, los productos caseros no ofrecen la posibilidad de adaptar el tratamiento a las características específicas del paciente. La aplicación del gel o de las tiras blanqueadoras no siempre es uniforme, lo que puede generar un blanqueamiento desigual o, en algunos casos, un aspecto artificial.
Durabilidad del blanqueamiento dental en clínica: inversión a largo plazo
Los procedimientos profesionales suelen ofrecer resultados que pueden mantenerse en el tiempo, dependiendo de los hábitos de higiene oral y alimenticios del paciente. En cambio, los productos caseros tienden a proporcionar resultados temporales que suelen desvanecerse en pocas semanas, lo que obliga a repetir el tratamiento con frecuencia. Esto depende de factores como:
- Hábitos alimenticios (evitar café, vino tinto o tabaco).
- Higiene bucal rigurosa.
- Revisiones dentales periódicas.
Por tanto, aunque el blanqueamiento profesional tiene un precio inicial más alto, su durabilidad lo hace más rentable a largo plazo. Los métodos caseros requieren aplicaciones frecuentes, aumentando el gasto acumulado y pudiendo dañar la superficie de los dientes.
Seguridad en clínica vs. riesgos domésticos
Una de las principales ventajas del blanqueamiento en clínica es la supervisión de un dentista durante todo el proceso. Antes de iniciar el tratamiento, se realiza un examen exhaustivo de la salud bucal del paciente para descartar cualquier afección que pudiera interferir con los resultados. Durante el procedimiento, el dentista puede ajustar el tiempo de exposición al gel o modificar su concentración según las necesidades particulares del paciente, evitando efectos secundarios como la sensibilidad dental o irritaciones en las encías. En contraste, los productos caseros no ofrecen esta posibilidad de personalización ni control profesional, lo que puede aumentar el riesgo de dañar el esmalte dental o causar otros problemas de salud oral.
En resumen, los tratamientos en clínica minimizan riesgos gracias a:
- Aplicación precisa del gel por profesionales.
- Uso de barreras protectoras para encías.
- Protocolos para manejar efectos secundarios como sensibilidad temporal.
Por el contrario, los kits caseros mal utilizados pueden causar irritación gingival o daño irreversible al esmalte.
¿Cuándo es ideal realizarlo?
Tras períodos de mayor consumo de pigmentos (como vacaciones de verano), muchos pacientes buscan recuperar el brillo de su sonrisa. Septiembre es tradicionalmente un mes con alta demanda de este tratamiento.
El blanqueamiento en clínica no solo ofrece resultados más rápidos y espectaculares, sino que prioriza la salud bucal. Si bien existen opciones caseras, la combinación de tecnología avanzada, personalización y seguimiento profesional lo convierten en la alternativa más segura y efectiva.
No obstante, si a pesar de nuestro consejo optas por un blanqueamiento dental en casa, es importante que este esté también supervisado por un profesional. No recomendamos kits de farmacia o adquiridos en tiendas online sin supervisión.
¿Listo para una sonrisa radiante? Consulta con especialistas acreditados que garanticen tratamientos adaptados a tus necesidades.
Dra. Pilar Garrido Lapeña, Médico Estomatólogo
Dra. Pilar Garrido Lapeña en Masquemedicos
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Le ha faltado añadir: «¡Y además, y por ser usted, descuento del 20% en mi clínica. Llame ahora!».
En fin, publicidad pura. Ni un solo argumento científico de por qué el peróxido aplicado en concentraciones menores pero durante más tiempo se supone que es peor, cuando en realidad estos tratamientos agresivos (el blanqueamiento dental es agresivo, no se crean lo que dicen los que los venden) es mucho mejor hacerlos lenta pero suavemente.
El H2O2 produce microrroturas en el esmalte, por eso la gente que abusa de los tratamientos blanqueadors tienen el esmalte plagado de microfisuras visibles no sólo bajo la luz fría de la consulta sino bajo una simple luz potente de un cuarto de baño doméstico. Compruebenlo ustedes mismos si son este tipo de gente; se percibe más claramente en incisivos que en caninos o premolares. La causa es que el gas O2 (oxígeno liberado y agrupado en molécula estable que se produce tras la reacción oxidativa del peróxido de hidrógeno o H2O2) se expande más en función de su concentración: una preparación de H2O2 al 6% se expande hasta 20 milílitros es decir, 20 veces. Esto es una “microexplosión” lenta pero “microexplosión” no obstante. Si multiplicamos esa concentración por prácticamente 6 (concentración e H2O2 del 35%) la “microexplosión” se multiplica por 6 y la expansión del volumen es de 120 veces el volumen del producto aplicado. Cuando esa expansión se produce fuera del poro del diente, la presión del gas en expansión se dispersa hacia afuera, pero cuando el producto penetra en el esmalte, la presión se produce dentro del esmalte, y si bien éste es muy duro y resistente, no es nada maleable, es decir, no tiene apenas capacidad de deformación, por lo que se rompe ante un aumento tan repentino de la presión producida por ese oxígeno en estado gaseoso, que, recordemos, ha multiplicado su volumen por 120 DENTRO de las estructuras porosas del esmalte, y si bien el esmalte tiene poros, la capacidad de fuga de los gases es muy inferior a su velocidad de expansión. No en vano el peróxido de hidrógeno se usa nad amenos que en combustibles para cohetes espaciales, precisamente por su rápida expansión.
Así que, NO, no es más seguro el blanqueamiento en clínica. Es más rápido, más cómodo y más uniforme, sí, pero es notablemente PEOR para su salud dental.
Los dientes no vuelven a crecer, como las uñas, y la práctica totalidad de los humanos no vamos a tener una tercera dentición (hay estudios en Japón en ese sentido, pero en estas cosas de la investigación médica un proyecto prometedor puede tardar 20 años o más en estar disponible para el público o puede no estarlo nunca porque durante el proceso se acaba descubriendo que no es tan eficaz como se creía o incluso que tiene efectos secundarios peores que el problema que pretende arreglar), por lo que si no queremos acabar con prótesis, fijas o removibles antes de lo debido, dientes falsos que ni rinden ni se sienten como los de verdad (no engañemos a nadie, colegas: un prótesis no produce propiocepción ni tiene capacidad de adaptación mecánica) deberíamos procurar que nos duren todo lo posible.
No hagan caso de quienes les quieren vender sus tratamientos y apuesten por el blanqueamiento casero. Les dejo este procedimiento: Cepíllense los dientes 3 veces por semana con agua oxigenada del supermercado (5% de concentración, 17 seguros y tolerables a nivel microscópico volúmenes de expansión) en el cepillado de la noche, antes de dormir y previo cepillado normal con su dentífrico habitual; viertan un chorrito de agua oxigenada sobre las cerdas del cepillo hasta que este quede totalmente empapado (verán cómo las cerdas retienen el líquido hasta arriba); se cepillan media arcada superior o inferior, (la izquierda o la derecha, como quieran) y repiten el proceso otras 3 veces hasta cubrir todas las piezas dentales por fuera, dentro y superficie de masticación; aguantan con la boca medio abierta y los labios retraídos, que se vean bien los dientes, el objetivo es que el peróxido no se diluya en la saliva de su mucosa sino que sólo toque su esmalte dental; aguanten así, un par de minutos mientras el peróxido oxida las partículas que amarillean sus dientes; escupan y repitan el proceso; tras otros dos minutos, enjuáguense bien (no se les ocurra tragar el agua oxigenada). En pocas semanas notarán un blanqueamiento suave y muy lento y progresivo pero muy notable.
Si lo combinan con los blanqueadores caseros habituales en tiras adhesivas, el blanqueamiento será aún más notable. Tardarán varios meses, sí, pero conseguirán un blanqueamiento homogéneo y mucho más respetuoso con la integridad estructural de su esmalte. Para mantenimiento, dependerá de sus hábitos alimentarios, tabaco, etc, pero con repetir el cepillado con agua oxigenada una o dos veces al mes, es suficiente.
Saludos.
Errata: cuando dije: «una preparación de H2O2 al 6% se expande hasta 20 milílitros…» quería decir que **un milímetro** cúbico o milílitro de producto blanqueante libera O2 que ocupa 20 milílitros. Creo que es obvio, pero pro si acaso, lo aclaro.