Transferencia de embriones: el paso decisivo de la fecundación in Vitro
La transferencia de embriones es una fase muy importante del tratamiento de fecundación in Vitro. Se trata de un procedimiento normalmente sencillo e indoloro, para realizarlo no es necesario utilizar anestesia, y consiste en ubicar los embriones en el útero de la mujer, con la ayuda de una ecografía guiada.
Cada pareja de forma individualizada, decide cuántos embriones se transferirán al útero. Esto depende de la edad de la futura madre, los embarazos que haya tenido previamente, las causas del problema de fertilidad, la calidad de los embriones, etc. Siendo tres el número máximo de embriones que se pueden transferir, según indica la legislación española vigente.
Generalmente se transfieren los dos mejores embriones, en función de la calidad embrionaria determinada por los embriólogos. Pero tal como hemos indicado previamente, se trata de una decisión individualizada en cada pareja, en algunos casos se recomiendo incluso la transferencia de un único embrión, especialmente en los casos en los que se ha indicado un cultivo largo, mientras que la transferencia de tres embriones no se recomienda casi nunca.
Proceso de transferencia embrionaria
Para lograr un embarazo mediante una fecundación in Vitro, el paso decisivo y final es la transferencia de embriones. Esta puede llevarse a cabo a los dos o tres días después de la punción folicular.
El proceso es sencillo y se realiza en un quirófano, al igual que la punción.
Antes de hacer la transferencia de los embriones, se llevaba a cabo una ecografía abdominal, con la finalidad de valorar la posición del útero de la mujer receptora, así como el estado de su endometrio.
Seguidamente el ginecólogo visualiza el cuello del útero mediante un espéculo vaginal, realizando además una limpieza cervical.
Para realizar la transferencia embrionaria se utiliza un catéter muy fino, fabricado con un material flexible, con el objetivo de evitar que dañe las paredes del endometrio.
No es un procedimiento doloroso, las molestias que produce son similares a las que se originan al realizar una citología vaginal, por esta razón no necesita sedación.
Después de realizar este proceso, se procede a la transferencia de los embriones, introduciendo un catéter dentro de la cavidad uterina, visualizando en todo momento el lugar exacto y el momento en que se dejan los embriones, mediante una ecografía guiada.
Una vez finalizada la transferencia embrionaria, se recomienda que la paciente permanezca en reposo durante unos minutos. Después puede retomar las actividades diarias, teniendo en cuenta algunas pequeñas restricciones.
¿Qué sucede con los embriones no transferidos?
Al inicio del tratamiento de fecundación in Vitro, los pacientes pueden firmar un consentimiento en el que se solicita que se intenten fecundar todos los ovocitos maduros obtenidos en la punción folicular.
Pueden generarse más embriones de calidad de los que vayan a transferirse. Estos embriones se vitrifican para ser transferidos los siguientes ciclos, evitando así que la paciente tenga que someterse nuevamente a otra estimulación ovárica y punción folicular.
Cuando el primer ciclo, utilizando embriones frescos, no resulta exitoso, se realiza un ciclo de criotransferencia. También pueden utilizarse los embriones vitrificados si la paciente quiere volver a ser madre años después de haber conseguido el embarazo en la transferencia de embriones frescos.
Todo el tratamiento debe ser realizado por profesionales en una clínica especializada en reproducción asistida, para lograr los mejores resultados con total seguridad.