Patrones de comunicación no emocionales
La comunicación y su estudio sufren hoy en día un montón de giros y análisis, y somos capaces de estandarizar el estilo con el que nos comunicamos, el tipo de escucha que realizamos, si nuestra comunicación es verbal o no verbal y otras tantas características de nuestra herramienta más potente como humanos.
Por supuesto dentro de la comunicación también analizamos qué emociones transmitimos y también cuando no tenemos una comunicación emocional, porqué puede ser y qué está sucediendo.
Los patrones de dominio y poder se manifiestan en los roles que cada interlocutor asume en la conversación cotidiana. Los vínculos mejoran cuanto más flexibles son los roles y menos pronunciadas las desigualdades de poder.
Situaciones en las que se produce un bloqueo emocional en la comunicación
- Cuando tenemos miedo de que nos hagan daño. La conversación se vuelve superflua, no profundizamos en lo que pensamos o sentimos, e intentamos solo realizar un rol de interlocutor que pregunta o evade.
- Exceso de expresión inadecuada, por ejemplo, una persona que siente depresión o ansiedad puede demandar afecto y exigir atención, y provoca que los demás huyan porque no respeta los tiempos y las necesidades del otro porque prioriza en las suyas.
- Falta de escucha empática: no responder en forma verbal y/o no verbal a la emoción del otro hace que el otro se sienta mal y sin apoyo, y puede predisponer a la comunicación negativa.
- Comunicador dominante: cuando una persona dedica más tiempo, preocupada por sí misma y con aparente poco interés en pedir información al otro. Si el oyente informa algo, el hablante o no presta atención o regresa a sus comentarios. Trivializamos lo que comunica la persona de enfrente.
- Rol de “oyente indiferente”: cuando el oyente no realiza escucha activa, no muestra interés en lo que el otro dice, no ofrece información, toma una postura alejada, no mira a los ojos, parece aburrido y desinteresado. La otra persona se acaba frustrando ante esa poca interacción emocional por parte del otro y rehuye la comunicación o la fomenta de una forma más breve.
La comunicación emocional facilita la resolución de conflictos, mejora la vida en pareja evitando malentendidos, creando un vínculo de confianza, potencia la interacción y el apego seguro con nuestros hijos, genera un trabajo en equipo eficaz en los terrenos laborales mejorando por ende el ambiente profesional entre muchas otras consecuencias.
Analiza tu comunicación emocional y si necesitas asesoramiento valora el consejo profesional de un psicólogo.
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