Psicología

Investigación italiana delimita la zona cerebral del perdón

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Un estudio de la SISSA (Escuela Internacional Superior de Estudios avanzados de Trieste) se ha centrado en las áreas cerebrales implicadas en procesos cognitivos que nos llevan a los humanos a juicios éticos como el perdón. Aporta una información novedosa donde el surco temporal superior anterior ha cobrado un papel principal. Observaron que cuanto mayor sea la cantidad de materia gris en esa zona de la corteza, más probabilidad de que se active el proceso de perdón a aquellos que han causado un daño considerado involuntariamente.

Paso a paso de la investigación

La investigación publicada en Neuron en el mes de abril, ha realizado su metodología contando con 50 voluntarios que han realizado un cuestionario en el que aparecían 36 historias sobre diferentes experiencias que podían tener consecuencias negativas al final, o neutrales, y donde tenían que expresar un juicio de valor sobre su gravedad o neutralidad en una escala del 1 al 7 y luego responder a dos preguntas similares a estas: ¿Qué responsabilidad tiene el individuo involucrado en esta historia? ¿Cuánto de moralmente aceptables es el comportamiento de este individuo?

Las situaciones podían ser desde conductores despistados o lesiones en terreno deportivo, situaciones relativamente cotidianas.

Se utilizó una metodología muy utilizada en la actualidad que es la utilización de la resonancia magnética mientras se realizan las tareas. A partir de las imágenes se realizan los siguientes estudios sobre la anatomía del sistema nervioso.

Resultados del estudio

El seno temporal anterior estaba asociado a la capacidad de represenación de los estados mentales como los pensamientos, los deseos, las creencias del otro. Este hallazgo matiza como se realiza la representación del estado mental de los responsables de acciones consideradas negativas, pero sin intencionalidad del daño.

Cada vez recibimos más noticias de investigaciones que consiguen delimitar las zonas cerebrales implicadas en las emociones esto permite conocernos, prevenir, potenciar y regular nuestra conducta y nuestra interacción con los demás así como los tratamientos en diagnósticos correspondientes.

Silvia Santana

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