Obesidad psicógena: qué es y cómo tratarla
La obesidad psicógena es el aumento de peso que sufrimos a causa de la tristeza que nos produce el atravesar un momento duro en nuestras vidas, e intentamos calmar ese sentimiento mediante la ingesta de comida.
Obesidad psicógena: tipos
Cuando no se supera un episodio traumático, como la pérdida de un ser querido, el trastorno se conoce como Obesidad psicógena reactiva. Si la ingesta excesiva de comida se produce como método para intentar calmar la ansiedad, se conoce como Obesidad psicógena de desarrollo.
En ambos casos el aumento de peso es debido a un desfase entre las calorías ingeridas y las quemadas en el ejercicio físico. En el diagnóstico de este trastorno la raíz y la causa de que este se mantenga en el tiempo, es psicológica y emocional.
Comer produce placer: clave de la obesidad psicógena
Las sensaciones que produce el acto de comer, son placenteras, así comenzamos a comer para calmarnos. Con el tiempo fácilmente caemos en la trampa de establecer una relación de la comida con una disminución del malestar.
Al comer algo que nos gusta recibimos un refuerzo inmediato. Cuando percibimos esto, y llegamos a asociarlo, podemos comenzar progresivamente a aumentar la cantidad de alimentos que ingerimos
Una vez caemos en este círculo vicioso, es difícil escapar de él. Comemos por estrés y subimos de peso, al vernos mal, nuestra autoestima baja, nos sentimos mal y nuevamente nos consolamos con la comida.
Esta situación implica importantes dificultades en la vida, como: baja autoestima, limitación de la vida social y ansiedad. Puede convertirse en un factor que limita nuestra calidad de vida, persona y también laboral. Sin darnos cuenta estamos colaborando para que nuestro cuerpo se mantenga en un peso que no es saludable, lo que además interfiere en nuestro desarrollo personal.
La ingesta voraz
El trastorno por atracón puede aparecer cuando el hambre emocional se manifiesta en exceso. Este es conocido también con el nombre de “Trastorno de ingesta voraz”.
Consiste en ingerir alimentos de forma desmesurada sobrepasando en muchos casos las 6.000 calorías. Contrario a la bulimia, en el trastorno de ingesta voraz no se presentan episodios de vómitos. La persona come en exceso pero no vomita seguidamente lo que ha ingerido.
En algunos episodios se pierde completamente el control. Se trata de un proceso sumamente adictivo, que se relaciona con la necesidad de recompensa a través de la liberación de sustancias como la dopamina y la serotonina. Por esta razón se busca ingerir productos ricos en azúcar y altamente calóricos.
Obesidad psicógena: importancia del apoyo psicológico
Para trabajar la obesidad psicógena se necesita un tratamiento multicomponente, en el que el apoyo psicológico es clave. Es necesaria también una responsabilidad a nivel social en el tratamiento de la imagen, que discrimina los cánones de belleza alejados de la delgadez, en muchos casos extrema.
Las personas que tienen sobrepeso pueden sentirse socialmente rechazadas, y esto influye en su vida personal y laboral. Las repercusiones pueden ser pérdida de autoestima y disminución de la seguridad en sí mismos, que fácilmente puede derivar en una depresión.
El apoyo psicológico es importante para la superación de este trastorno de la alimentación. También puede ser de gran ayuda en el proceso de pérdida de peso y de recuperación del autoestima.
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