Tipos de embarazo
Existen diferentes tipos de embarazo. En los tratamientos de reproducción asistida, el proceso de gestación se inicia cuando el óvulo es fecundado por un espermatozoide en una inseminación artificial o cuando se lleva a cabo la transferencia embrionaria en tratamientos de FIV u ovodonación, y luego se produce la implantación del embrión.
Durante este proceso, el embrión pasa por distintas fases (eclosión, aposición, adhesión) hasta que se adhiere al útero y puede continuar su desarrollo como feto. En este momento, el cuerpo comienza a experimentar cambios que indican que se ha logrado un embarazo.
Después de la transferencia embrionaria, los síntomas principales pueden incluir dolor abdominal, hinchazón, aumento de la frecuencia urinaria, inflamación de los senos, pinchazos abdominales y flujo vaginal abundante, entre otros. Sin embargo, en algunos casos, la implantación embrionaria puede desarrollarse de forma irregular y dar lugar a un embarazo no viable. Hablamos a continuación, de los diferentes tipos de embarazo.
Embarazo intrauterino
Se trata de una gestación normal que avanza adecuadamente. Este se produce cuando el embrión se implanta correctamente en la pared interna del útero. En los tratamientos de reproducción asistida, esto es lo que debe suceder después de la transferencia embrionaria.
Una vez que el blastocisto se adhiere al útero sin complicaciones, continúa desarrollándose hasta aproximadamente las 40 semanas (o 9 meses). Este tipo de embarazo se divide en tres etapas, también conocidas como trimestres, que permiten observar la evolución y los cambios tanto en la madre como en el feto a medida que se preparan para el parto.
Embarazo múltiple
Un embarazo múltiple se produce cuando dos o más espermatozoides fecundan, dos o más óvulos. Dependiendo de la fecundación de los óvulos, se pueden encontrar dos tipos:
- Monocigóticos: gemelos idénticos del mismo sexo.
- Dicigóticos: mellizos.
Existen varias causas que pueden contribuir a este tipo de embarazo, como antecedentes familiares o factores genéticos, incluyendo un gen que predispone a la doble ovulación en mujeres.
Embarazo ectópico
A este tipo de embarazo también se le conoce como extrauterino. Se produce cuando el embrión se implanta y crece fuera de la cavidad uterina. La trompa de Falopio es la ubicación más común, pero también puede ocurrir en la cavidad abdominal o en el cuello uterino, aunque de forma menos frecuente.
Tristemente, un embarazo ectópico no tiene posibilidades de prosperar. Los síntomas pueden manifestarse desde la sexta semana o incluso antes, y algunos de los más comunes incluyen dolor intenso en la parte baja del abdomen, sangrado vaginal, debilidad o mareos. Ante estos síntomas, se recomienda buscar atención médica de forma inmediata, ya que existe un riesgo de sufrir una hemorragia importante.
Embarazo molar
Este tipo de embarazo es poco común, pero es muy peligroso. También conocido como “mola hidatiforme“, se produce cuando el óvulo es fecundado de manera anormal y la placenta crece de manera irregular, dando lugar a la formación de quistes.
Existen dos tipos de embarazo molar:
- Embarazo molar completo: la placenta crece de forma anormal, pero no hay embrión presente.
- Embarazo molar parcial: hay tejido placentario normal, junto don tejido de placenta anormal.
En ambos casos, es importante tratar y resolver el problema de forma urgente.
Todos estos embarazos deben ser diagnosticados por un profesional y tratados teniendo en cuenta las particularidades de cada caso. Si estás embarazada y notas cualquier síntoma fuera de lo normal, no dudes en contactar con tu médico.
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